Martes 27 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 38 > Deportes
¿Se viene el portazo de Ramón?
El entrenador tendrá una reunión con Savino y Tinelli.

Otra vez. Como en la mañana del jueves 22 de noviembre pasado, Ramón Díaz juega con la expectativa de todo San Lorenzo. Pero la coincidencia llega hasta ahí, porque aquella vez la expectativa era enorme. Porque San Lorenzo no quería que se fuera y porque el tercero en discordia era nada menos que River. Otros tiempos.

Ahora, su permanencia ya no parece un tema excluyente en Boedo. Al fin y al cabo, la Copa Libertadores, ese trofeo para el cual querían que se quede, ya no podrá ser, al menos esta vez. Hoy, Ramón Díaz dirá si sigue o no en San Lorenzo después de junio. Pero nadie estará tan pendiente de la respuesta. Es más, ya suena un reemplazante: Miguel Russo.

Hoy, cerca del mediodía, Díaz se reunirá con el presidente del club, Rafael Savino, y con Marcelo Tinelli, el principal inversor del "proyecto centenario". El primer ítem a definir será la continuidad o salida del propio entrenador, quien aseguró tener "una decisión tomada" después de la última victoria sobre Colón (2-1).

Si el DT decide irse del club, la dirigencia hará un recorte del millonario contrato que se renovó en diciembre pasado, el riojano cobrará hasta el último día trabajado. Desde el entorno del técnico se afirma que Díaz podría aceptar un regreso a River en julio si Diego Simeone no consiga el título.

En caso que Ramón continúe en San Lorenzo, como quiere la dirigencia y los inversores, el entrenador tendrá que aceptar una condición inflexible: la salida de sus hijos Emiliano y Michael.

Savino le comunicará al técnico la necesidad de vender algunos jugadores para paliar el déficit operativo mensual. Orión y Jonathan Bottinelli (el club dispone la mitad del pase) tendrán prioridad. Y el grupo inversor se comprometerá a conservar el apoyo económico y mantener a Diego Placente, Andrés D'Alessandro y Gonzalo Bergessio, salvo la existencia de una oferta conveniente para todas las partes. Esta tarde se sabrá qué será de Ramón. Lo ya se sabe es que nada es como era en aquella mañana de noviembre.

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