BUENOS AIRES (Télam).- La reconocida y polémica artista plástica Marta Minujín estará presente con su obra en la edición 2008 de la feria de arte contemporáneo ArteBA, en el stand de la galería Loreto Arenas, con "sus colchones" que han sido un leit motiv a lo largo de su carrera.

"Más allá de ser una de las precursoras del arte de acción, las ambientaciones y la escultura blanda en nuestro país, que la ubican en la línea de las estéticas del pop, Marta Minujín encarna claramente el espíritu vanguardista que propugna una ampliación de los límites del arte y su reinserción en la vida", señaló Clelia Taricco.

"Hacia fines de los 60 esas primeras experiencias derivan en una vertiente más decididamente conceptual desde Simultaneidad en Simultaneidad, al Partenón de Libros, desde sus esculturas comestibles a la apropiación de esculturas de la Grecia clásica", agregó.

Casi una marca registrada, los "colchones de Minujín", quemados, coloreados, amontonados o entrelazados -como en Eróticos en multicolor (1964) o en Revuélquese y Viva (Premio Nacional ITDT, 1964)-, jalonaron su trayectoria desde sus inicios.

Sus primeros colchones tienen origen francés. Durante su estancia en París, hacia los primeros años del 60, Minujín comienza a trabajar con colchones desechados que chorrea de pintura roja, negra y blanca.

De entonces data también su primera ambientación, Chambre d'Amour: una pequeña construcción en madera recubierta enteramente con "sus" colchones, piezas que ella misma cose y colorea con tonos flúo. Después vinieron otras ambientaciones y otras experiencias en las que el quehacer manual desaparece.

Metáfora hedonista con tintes lúdicos, los colchones que presenta en ArteBA evocan la participación y el juego, sensación que incluso irradia "Geometría blanda", abigarrada composición realizada a partir de 27 formas "blandas", pensada sólo para ser mirada.

Minujín juega con la geometría de las telas, subrayada en algunos casos con tubos de neón que a veces acentúan la urdimbre flúo del tejido, y otras, se rebelan en sinuosas líneas, mientras incorpora personajes que "trepan al infinito" o se imbrican en un plástico entrelazamiento de formas.

Se trata de las figuras cicládicas de su serie de esculturas Días de la semana, retomadas esta vez como esculturas blandas, a las que modela, pinta y cose nuevamente de manera manual.

En Soft Gallery (registro de una acción), Minujín incursiona en el video: blanco sobre blanco donde el tiempo se torna un continuum. Sensación envolvente en la que el espectador queda atrapado. E inmediatamente, el contraste de color. Un shock cromático que no permite la indiferencia. Minujín detiene en una imagen la policromía de sus colchones flúo como una suerte de pintura virtual.

Paralelamente, en Ice Cello, Minujín recrea el concierto de cello de hielo brindado por la mítica Charlotte Moorman en la Soft Gallery en 1973, como ulterior homenaje a John Cage, figura clave cuyo espíritu sobrevuela todas estas experiencias.

La artista no retoma los temas. Los continua, como abstrayéndose del tiempo lineal. Minujín se "apropia" de su propia obra. Vuelve sobre ella una y otra vez para seguir experimentando "sus" conceptos del tiempo y la fragmentación, pero sobre todo para actualizar permanentemente su idea de Vivir en Arte.

En diciembre de 1983 -con la vuelta a la democracia- Marta Minujín construye en plena Avenida 9 de Julio una réplica del Partenón en tamaño natural, aunque en vez de mármol, lo recubre completamente con más de 30.000 libros, que habían sido prohibidos por la última dictadura militar.

El Partenón de Libros, no sólo significaba el fin de la represión y la censura, sino que se erigió como el símbolo de una nueva etapa. Después de tres semanas, el público se fue llevando los libros y los restantes se donaron a las bibliotecas municipales.