La vicedirectora del CPEM 13 dio cuenta de toda una larga serie de gestiones para revertir el cuadro de violencia que sufren a diario, ya no sólo por lo que ocurre desde afuera hacia adentro de la institución, sino también por las crisis que se desatan en el interior de ella, como caja de resonancia de situaciones sociales complejas.

"Utilizando algunas estrategias logramos disminuir situaciones de agresión verbal y física que se producen dentro de la escuela y que no se originan en su seno, sino que son la consecuencia de tensiones que sienten niños y adolescentes desescolarizados, angustiados por la incertidumbre, la dureza social, la droga, la disgregación familiar, y que tratan de integrarse a un sistema que los expulsas sin ponderar el precio", dice Marzia Hernández, en un carta escrita para poner en evidencia la crudeza de la situación en ese colegio.

Tras advertir la falta de políticas de integración, la docente detalla en su escrito varias de las acciones realizadas en procura de soluciones: llamado a fuerzas vivas e instituciones locales (policía, concejales, Desarrollo Familiar); pedido de presencia policial en los horarios de ingreso y egreso; informes a la supervisión zonal, reuniones y comunicaciones a los padres...

La misma educadora, ya consultada por "Río Negro", admitió que ha mantenido contactos con algunos de los padres de los chicos violentos, pero "me dicen que no pueden contenerlos. Otros, directamente están ausentes", se lamenta.

Una vez más, lanzó una amplia convocatoria interinstitucional, para hallar una salida. "Somos testigos de la desprotección a la que están expuestos los menores, a pesar de la profusa legislación que intenta ampararlos. Debemos hacernos cargo, dejar de ser pasivos y actuar en consecuencia..."..(ASM).