A fines de los '70, la BBC de Londres lanzó un excelente producto televisivo llamado "Los de arriba y los de abajo". Afortunadamente, en esos años de plomo, la serie pasó la censura de la dictadura militar y los televidentes argentinos pudieron disfrutarla.

Una trama sencilla describía la intimidad de una familia británica -con aciertos y errores-, a partir del rígido modo de vida de los Bellamy. Con una taza de té de por medio solían analizar la situación social-económica de su país enmarcado en las primeras décadas del Siglo XX.

En el subsuelo de la misma casa, los sirvientes solían copiar el modo de reflexionar y actuar, bebiendo del mismo té. La distancia lo marcaba la vajilla y un distinto poder adquisitivo. Dos mundos diametralmente opuestos desde su condición social, a sólo un piso y escalera de por medio.

Alguien puede llegar a preguntarse si estos episodios guardan relación con los deseos de muchos viedmenses en la actualidad. Hay suficientes argumentos en ese sentido. Los números desnudan que cierta prosperidad envuelve a la ciudad. Quien visita Viedma queda maravillado con las costosas propiedades de la costanera. Los últimos índices determinan que la pobreza disminuyó en dos puntos y cobran valor superlativamente los puestos laborales.

Sin embargo, en la última recordación patria a más de un funcionario se les atragantaron el chocolate y los pasteles que repartieron en el acto.

En forma impensada, los ocupantes de tierras fiscales interfirieron en el clima festivo para reclamar por una calidad digna de vida con un grueso puñado de miserias encima. Si se les puede llamar "los de abajo" y sabiendo poco de lo que representa la distribución del ingreso, exhibieron pancartas mostrando la imagen de un niño ubicada sobre un asentamiento precario bajo la consigna "Viedma me da vergüenza". Ridiculizaron la figura del gobernador mediante un montaje fotográfico haciéndolo responsable de la "precarización laboral, hambre y enfermedad". Y por si fuera poco, como el intendente Jorge Ferreira ratificó su plan orgánico en la entrega de las tierras fiscales; a la salida, los manifestantes le achararon algo así como que a "ustedes no les importa si total viven bien, y cómodos".

Si bien el gabinete municipal no muestra demasiados rostros indiferentes, se observa una fragmentación aunque no hay pisos que dividan. A diferencia de la serie británica, los compartimientos estancos tienen calles como frontera. Las pujas han llevado a constituir una red social. Así como alguien ve un vaso medio lleno, viene poniendo el acento en la otra mitad vacía.

Consideró legítimo plantear un nuevo compromiso ligado a implementar políticas sociales de inclusión garantizadas con la asignación de los recursos correspondientes, y a su vez, crear espacio de intercambio con las organizaciones de la sociedad civil. La idea es fortalecer la construcción democrática de las políticas públicas.

El retorno de las imágenes de robos a mano armada sumó más deterioro al paisaje.

ENRIQUE CAMINO

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