NEUQUÉN(AN).- El nuevo edificio de la escuela especial 6 para niños con parálisis cerebral con irregularidad motora se inauguró a principios de 2007, luego de 25 años de funcionar en una casa alquilada. El proyecto incluyó la construcción de una pileta y un comedor que aún no fueron habilitados.
"El natatorio está diseñado dentro de un aula por lo que tiene varios tomacorrientes que fueron tapados con cobertores plásticos que no brindan ninguna seguridad", afirmó el profesor de educación física Marcelino Herrera. No hay duchas ni vestuarios. El piso era originariamente antideslizante, pero en las uniones la empresa que hizo el edificio pasó una pulidora, con lo cual necesita una protección de goma.
Herrera agregó: "no están marcadas las profundidades del natatorio, no hay un arnés para bajar y subir a los alumnos, ni rampa para descender con las sillas de ruedas, necesitamos un guardavidas dos veces por semana y un auxiliar de servicio que se encargue del mantenimiento".
La vicedirectora, Ana Valero, junto a padres y docentes llevó el reclamo ante todas las áreas del Consejo Provincial de Educación (CPE) que tenían injerencia, incluso llegó a pedir al municipio de la ciudad de Neuquén que interviniera.
Las deficiencias incluyen, además, problemas con la manguera del barrefondo, con la tapa del tomafondo y con el sistema de desagote. Codam fue la compañía encargada de la obra.
"A mi hija el médico la mandó a practicar natación para su recuperación motora, el agua es lo que la activa más que estar en un gimnasio", dijo Leonila Quintana, mamá de una estudiante.
En el comedor
Respecto al comedor, recién la semana pasada la escuela recibió la vajilla. La cocina fue entregada sin bajo mesada, freezer, alacena ni sillas adaptadas. "El CPE debe aumentar la partida del comedor, porque hasta ahora nos mandan para desayuno y merienda", aseguró Valero.
El establecimiento escolar funciona en el barrio Bouquet Roldán. Asisten 48 chicos y chicas discapacitados de tres a 17 años, en su mayoría de la zona oeste.
El transporte los retira a las 12:30 para que almuercen en sus casas, a las 15:30 deben estar en el colegio para asistir a los talleres. Claudio Tarduño, papá de un alumno, contó los trastornos que conlleva el traslado: "él llega una y media a casa, a las dos lo pasan a buscar, viene llenito,
sufre de vértigo ni bien sube a la camioneta, cuando llega ni disfruta del taller".
La asesora en educación especial de la vocalía gremial, Mabel Pizarro, sostuvo que desde el CPE le informaron que "las notas presentadas en 2007 caducaron".
"Hay una política que busca debilitar a las escuelas especiales", añadió. Hace diez días, el establecimiento se quedó sin el servicio telefónico.