ROSARIO (Claudio Rabinovitch, enviado especial).- Una multitud de 300.000 personas dio ayer su respaldo al campo en el acto frente al Monumento a la Bandera. Los dirigentes rurales coincidieron en criticar con dureza al gobierno, reclamaron una nueva política agropecuaria y advirtieron que de no haber resultados satisfactorios en la reunión de hoy con el oficialismo, volverán las medidas de fuerza y los cortes de rutas.
El contundente mensaje y demostración de fuerzas llegó antes del discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la ciudad de Salta, por el 198 aniversario 198 de la Revolución de Mayo. El gobierno movió su aparato político y sindical para el acto, que fue significativamente menor en convocatoria al de Rosario . Sin mencionar al campo, la jefe de Estado llamó allí a "dejar de lado los intereses sectoriales" (Ver pág 5)
Alfredo de Angeli -de la Federación Agraria y productores autoconvocados- advirtió desde el escenario que "si no hay soluciones el martes, se retoman las acciones", y más en concreto anunció que ello significaría volver al "estado de asamblea".
Aún cuando se dejó un margen para el diálogo, el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Luciano Miguens señaló que "hay cosas de la que es difícil volver", en alusión al modo con que el gobierno se manejó en las fracasadas gestiones del jueves pasado. "No hay más margen para la mezquindad política".
Eduardo Buzzi de la Federación Agraria Argentina (FAA), antes de cerrar el acto, afirmó que "el gobierno de los Kirchner es un obstáculo para que el desarrollo sea posible" y añadió que en la eventualidad de que sea necesario "estamos preparados para volver a los piquetes".
En tanto, Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) sostuvo: "nosotros no somos la Unión Democrática como interpreta un político que debería estar jubilado, ni la pareja presidencial son Perón y Evita" y Fernando Gioino por Coninagro pidió que "se terminen la concentración de poder y los enfrentamientos".
De ese duro tenor fueron los discursos de la dirigencia rural que desde un estrado con una Virgen de Luján se dirigieron a una impresionante concurrencia munida de banderas (otras varias colgaron de edificios adyacentes) y numerosas pancartas.
El día soleado y el carácter federal del evento -hubo manifestantes de casi todas las provincias- le dio al mismo un marco de fiesta y hasta de júbilo.
El componente social de la manifestación tuvo un perfil rural (y de sectores relacionados con ese rubro) de gente en su mayoría de clase social media y alta, así como algunos pequeños productores.
Dirigentes políticos de diversas vertientes estuvieron en un vallado detrás del sector de prensa, aunque -tal como se había anunciado- no tuvieron mayor protagonismo que el de ganar cámaras y micrófonos en las dos horas preliminares a los discursos, mientras pasaban diversos intérpretes musicales.
En concreto, el único mandatario provincial presente fue el puntano Alberto Rodríguez Saá, en tanto el jefe del Gobierno porteño, Mauricio Macri, prefirió preservarse para conducir el acto en la Capital. "No era este su lugar, la gente lo eligió para estar en su distrito, pero vinimos en nombre de PRO varios legisladores", explicó Jorge Macri.
También asistieron el titular de la Unión Cívica Radial, Gerardo Morales, Mario Negri, el ex intendente cordobés Luis Juez, la diputada de izquierda Vilma Ripoll; y los dirigentes Juan Carlos Blumberg y Raúl Castells. En cambio Elisa Carrió a quien no se vio con el resto, habría estado entre la concurrencia.
En una de las tribunas principales estuvo el dirigente rural de
Viedma (integrante del consejo directivo de CRA) Victor Hugo Ayestarán: "Si no hay soluciones no sé cómo vamos a hacer para contener a las bases", fue su consideración acerca del conflicto entre el gobierno y el campo.
Añadió que "lamentablemente se quiere manejar a las provincias con la chequera y en ese contexto los gobernadores tanto de Río Negro como de Neuquén son adictos al gobierno".