NEUQUÉN (AN).- "Cuando Atahualpa estaba cerca era más grande todavía: por la belleza y justeza de sus palabras, la profundidad de sus pensamientos, el decirlo todo con la palabra justa ni más ni menos, y por su lealtad". El neuquino Carlos Yema habla sobre el máximo artista criollo Atahualpa Yupanqui como lo que fue para él, un amigo entrañable.
Editor junto a Gustavo Grobocopatel del libro "Canto del viento" (2001), Yema participará mañana, a las 19, del encuentro "Has de narrar" en la Biblioteca Nacional, un homenaje a Don Ata en el centenario de su nacimiento, que comenzó el 12 de mayo y estará hasta el 8 de agosto con música y charlas.
El neuquino ofrecerá una conferencia denominada "Al amigo Atahualpa", donde hablará sobre su amistad con el cantor y poeta argentino y los valores criollos que afirmaban el universo de éste gran artista.
Yema fue siempre un admirador de la obra de Atahualpa. Sin embargo la amistad comenzó allá por los '70, cuando integraba el Centro de Estudios Folclóricos de Neuquén y la Asociación de Guitarristas del Comahue. "Hacía tiempo que Atahualpa no actuaba en la Argentina, era la época del proceso militar y nosotros organizamos unos recitales. Lo trajimos a cantar. Se quedó tres o cuatro días y yo lo acompañaba. Así se selló una profunda relación de amistad que perduró hasta su muerte el 23 de mayo de 1992", contó.
-¿Cómo era Don Ata?
-Era un hombre difícil, implacable con la vulgaridad. Tenía un sentido muy especial para captar a gente con la que tenía afinidad, y le impresionó el trabajo de riesgo que hicimos en el Centro para traerlo. Su personalidad hacía que uno se sintiera con una persona muy especial, como un sabio. Siempre demostró su lealtad y la coherencia. Era un hombre que detestaba la vanidad y el espectáculo.
A cien años del nacimiento del creador de "El arriero" para Yema será siempre ese talentoso artista que enriqueció y adornó el alma de los hombres y mujeres con música y poesía.