Domingo 25 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 07 > Nacionales
Emotiva llegada de la madre de Hilda Molina

Hilda Morejón Serantes, madre de la médica disidente cubana Hilda Molina, llegó anoche a Buenos Aires y se reencontró con su nieto y sus bisnietos, en su primer viaje en 89 años fuera de la isla de Cuba, por las restricciones impuestas durante el gobierno de Fidel Castro.

Morejón Serantes cumplió con todos los trámites migratorios y llegó a las 22:40 a Ezeiza, donde agradeció especialmente a la embajada argentina en Cuba por las gestiones para el viaje y a la compañía Cubana de Aviación, que la trasladó. Muy abrigada y rodeada de su familia, la abuela aseguró que en la Argentina va "a descansar y a curarme, porque tengo mal el corazón y mala la pierna", y agregó su agradecimiento al "gobierno argentino y al de Cuba también" por posibilitar el viaje.

Morejón Serantes viajó a la Argentina con un rosario en las manos y acompañada por Verónica Scarpati, la esposa de nacionalidad argentina de su nieto Roberto Quiñones. Con poco equipaje y luego de un vuelo de varias horas que salió cerca del mediodía desde el aeropuerto de José Martí en Cuba, finalmente se reencontró con su familia. En declaraciones a los medios Molina, dijo no estar preocupada por su situación sino "feliz por el viaje" que pudo hacer su madre. "No he pensado en mi caso, porque no quiero que haya problemas. Lo que quiero es que ella pueda llegar allá a ver a su nieto, que ella lo adora", explicó sin imaginar todavía la emoción y alegría de su hijo ante el arribo de Morejón.

La llegada fue esperada con "ansiedad, alegría y optimismo" de Quiñones, quien reveló ayer que la abuela lo crió desde que llegó al mundo: "Hizo de madre y abuela cuando mi madre estaba trabajando", expresó. La mujer padece un delicado estado de salud, y si bien nunca había subido antes a un avión y hacía más de dos años que no salía de su departamento, ubicado en un primer piso de la ciudad de La Habana, se mostró muy contenta con el viaje. Así la abuela de Roberto Quiñones, quien en noviembre de 1994 partió de Cuba con su esposa embarazada y desde aquél entonces reclama que La Habana autorice también a su madre a viajar para conocer a sus hijos, cumplió en parte el deseo de su nieto.

El caso Molina afectó la relación bilateral entre La Habana y Buenos Aires y provocó roces, al punto tal que el propio Néstor Kirchner llegó a entregarle una carta a Fidel Castro pidiéndole por la médica, sobre la que nunca tuvo respuesta. (DyN)

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