Domingo 25 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 30 y 31 > Policiales y Judiciales
OPINION: Parricidio y estado mental

Dicen los investigadores que cuando hay una muerte provocada, para encontrar al culpable hay que estudiar la historia y relaciones de la víctima, sus últimos pasos, las características del hecho, la escena del crimen y analizar las posibles motivaciones.

En el crimen de Sofía, suponiendo que se pruebe que el homicida es el padre, tendríamos al culpable, es posible conocer la historia y circunstancias familiares de la víctima, estaría clara la forma en que sucedió este horrible crimen pero queda abierto el interrogante sobre la motivación que pudo haber llevado a Carlos Antonio Juárez a matar salvajemente a su hija Sofía, tras aparentemente abusar de ella.

En este caso la explicación del porqué lo hizo, va necesariamente atada a saber con certeza su estado mental al momento del hecho.

Parecería que la tranquilidad e incluso indiferencia anterior y posterior al crimen invalidarían la posibilidad de alguna intoxicación aguda por cualquiera de las sustancias psicoactivas que consumía.

Con los datos que se conocen sería absolutamente irresponsable trazar alguna hipótesis sobre si se trató de una reacción pasional en un cerebro dañado neurológica y psíquicamente por sus poliadicciones, una conducta en el contexto de una crisis psicótica, una reacción propia de una personalidad psicopática que no toleró la posibilidad de ser abandonado por su mujer o un caso de abuso parental con un fin inesperado.

Los supuestos antecedentes de drogadicción con inhalantes podrían abonar tanto una situación alucinatoria como la pérdida de frenos inhibitorios, afectivos o morales que pueden llevar a la realización de cualquier conducta agresiva. Si hubiese además antecedentes de abuso o violación en el victimario, la compulsión al hecho y el posterior intento de suicidio por emergencia de la culpa podrían explicar desde otro ángulo la situación.

Lo que sí es seguro es que la única forma de penetrar en el cerebro de Carlos Antonio Juárez es someterlo con urgencia en no más de veinticuatro horas a los estudios psicológicos proyectivos y psicométricos, psiquiátricos, de neuroimágenes y de laboratorio que permitan saber a ciencia cierta y sin contaminaciones dadas por intervenciones de terceros, su estado mental, su personalidad, su capacidad o no para comprender lo que hizo, su pronóstico y desentrañar las motivaciones y circunstancias que lo llevaron a actuar de esa manera.

LUIS DI GIACOMO (*)

(*) Médico psiquiatra

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