Su inseparable machete colgando del cinturón, los rasgos ensombrecidos por el sol de las "tierras calientes", Manuel Marulanda, "Tirofijo", el guerrillero más viejo del mundo, podría haber muerto de un infarto el 22 de marzo, según ha asegurado el ministro de Defensa de Colombia.
Con una edad que oscila entre los 80 y los 82 años, según distintas biografías, este hombre originario de Quindio, en la zona cafetera de los Andes occidentales, no ha variado en más de 50 años su lucha revolucionaria contra las élites colombianas. Fundador en 1964 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que cuentan con unos 16.500 hombres, Marulanda heredó el apodo de "Tirofijo" por su buena puntería, demostrada en sus años de juventud.
Su autoridad natural como estratega le ha permitido mantenerse 37 años al frente de sus tropas, en una sangrante guerra civil que tiene un balance de 130.000 muertos. "Tirofijo" se ha convertido en un indiscutible mito en Colombia, portador de las llaves de la paz o de la guerra.
Hijo de campesinos siempre fue partidario de una guerrilla rural antes que una urbana para lograr la reforma agraria de sus sueños. Sus hombres le llaman "Don Manuel", el de "la palabra es oro".
Su verdadero nombre es Pedro Antonio Marín, pero adoptó el de Manuel Marulanda en honor al antiguo líder sindicalista asesinado. A los 20 años se levantó contra el terror desatado por las milicias del partido conservador de la época. Vio como varios de sus familiares caían bajo las balas de aquellos soldados.
No tuvo tiempo de terminar sus estudios primarios y pasó a la clandestinidad para fundar un grupo de autodefensa con 14 de sus primos. Ese primer grupo se ha convertido hoy en una "fuerza" de 16.500 rebeldes, dispuestos a luchar sin descanso contra el Ejército pero sin llegar nunca a hacerse con el poder.
La vida privada de Marulanda es una incógnita. Al parecer, tiene una amplia descendencia. Una de sus hijas, Olga Marín, se ha convertido en una de las portavoces internacionales de las FARC.
De confirmarse el fallecimiento del líder de las FARC, éste sería la tercera perdida en su cúpula en lo que va de año, tras la del hasta entonces 'número dos' Raúl Reyes, muerto en un bombardeo en la frontera entre Colombia y Ecuador, y la de Iván Ríos, asesinado según el Gobierno de Colombia por su propio jefe de seguridad.