Sábado 24 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 28 y 29 > Internacionales
La violencia xenófoba se extiende a siete provincias sudafricanas
Por primera vez hubo ataques a extranjeros en la turística El Cabo.

JOHANNESBURGO (AFP/ DPA) - Los ataques contra trabajadores inmigrantes extranjeros siguieron propagándose ayer en Sudáfrica, donde afectan ya a siete de las nueve provincias del país, incluyendo la metrópoli turística de Ciudad del Cabo, donde murió al menos una persona, mientras el partido en el poder pidió a sus seguidores que "arrebaten las calles a los criminales".

Los ataques contra los inmigrantes, que empezaron hace unas dos semanas y asolaron los barrios periféricos pobres de Johannesburgo causando 42 muertos y 17.000 desplazados, se extendieron el viernes por primera vez a los alrededores de Ciudad del Cabo (suroeste), la importante ciudad turística donde también tiene su sede el Parlamento.

Por ironías de la suerte, fue precisamente una reunión pública sobre la xenofobia la que degeneró en la noche del jueves al viernes en unos ataques de bandas violentas contra tiendas pertenecientes a ciudadanos de Zimbabwe en Dunoon, un barrio pobre a unos 20 km al norte de Ciudad del Cabo.

En un barrio pobre cerca del suburbio de Minerton, al menos un hombre perdió la vida al se atropellado durante los disturbios, en los que otros 12 resultaron heridos.

Al menos 500 personas acudieron a dependencias policiales por miedo a ser atacados, tras desatarse la violencia al margen de una asamblea en la que debía debatirse la violencia xenófoba.

Mientras, jóvenes destruyeron cabañas y saquearon comercios de ciudadanos somalíes en el mismo suburbio, según informó la radio sudafricana. La policía escoltó a los comerciantes somalíes que huyeron de la zona.

Por su parte, el gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA) pidió a sus militantes que creen comités en las periferias pobres de las ciudades para "arrebatar las calles a los criminales".

La policía y los servicios de la fiscalía general anunciaron medidas excepcionales para tratar, "rápida y severamente", esas violencias, al tiempo que contemplaron la creación de tribunales especiales.

Debido a un desempleo de un 40% y al aumento de la pobreza, cada vez más sudafricanos reprochan a los inmigrantes, entre los que se cuentan tres millones de zimbabwenses, la actual crisis económica del país. Afirman que les roban los empleos y les culpan de contribuir a la criminalidad.

Pese a la situación en otras provincias, en los alrededores de Johannesburgo la violencia estuvo controlada ayer, ante el despliegue de policías de elite y militares, informó el gobierno.

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