BRASILIA (AFP) - Mandatarios de 12 países institucionalizarán hoy en Brasilia la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), a la sombra de la tensión y la discordia entre varios países de la región.
La UNASUR quiere ser un gran foro de diálogo y concertación política para los países sudamericanos, además de espacio de debate de los grandes temas de la integración, que reunirá a los presidentes una vez por año.
La ironía es que muchos de sus fundadores asisten a la cita con grandes temas sin resolver. El caso al rojo vivo es el de Ecuador, Colombia y Venezuela, que protagonizan una de las tensiones más agudas en la región en muchos años. El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, renunció a la presidencia de la UNASUR, que debía asumir en Brasilia, por considerar que "no era prudente" . Diferencias de mayor o menor intensidad coexisten en la región: Argentina y Uruguay dirimen una disputa por la instalación de una papelera y Chile y Bolivia siguen sin relaciones diplomáticas desde 1978, por falta de acuerdo ante la demanda boliviana de acceso al mar.
"La UNASUR nace bajo el signo de la paradoja: hay un cuadro de fragmentación en la región y en este articulamos una organización de concertación política; pero ese mismo cuadro justifica que se cree ese espacio de diálogo", destacó el analista internacional Alcides Costa Vaz.