"Estar tranquilo y hacer lo que uno sabe", fue el consejo de Martín Palermo a Pablo Migliore y Christian Chávez antes de jugar en Guadalajara. Los "pibes" cumplieron y él fue el mejor ejemplo, porque le dio a Boca los tres goles con los cuales construyó otro triunfo con "sello copero" sobre el Atlas. Fue un éxito que sonó con la calidad de un MP3 (Martín Palermo x 3).
El goleador confió ayer que el entrenador Carlos Ischia le había pedido dos o tres goles antes del juego. "Ischia me dijo 'vas a hacer dos, mejor tres' y a veces cuando me presionan mucho me lo tomo en serio", sostuvo ante la prensa.
Sobre lo que se viene en semifinales, fue cauteloso y sostuvo que "todos tenemos que defender lo que logramos el año pasado y si somos los candidatos tenemos que pasar la llave final". Palermo sabe que quedó ya instalado en la historia de Boca e insistió que le gustaría alcanzar el logro de mayor goleador de todos los tiempos en el club. "Lo que me dio Boca no me lo va a dar nadie", subrayó.
"Seguramente que para el día de mañana uno va a estar en el recuerdo en la gran historia de este club y con ese récord tan importante, sería un logro en lo personal", explicó Palermo.
A la hora de revelar el secreto de los éxitos Xeneizes, añadió que tiene que ver con "la grandeza impresionante que tiene el equipo" y con la ambición por sumar títulos para mantener al club en lo más del fútbol continental, lo que genera una obligación de "querer ganar todo".
En el ámbito local, se viene Vélez y deslizó que él "siempre quiero estar", aunque la decisión "será de Ischia". "En Boca todo es posible", expresó sobre la posibilidad de soñar con la doble corona, es decir obtener la Copa y el Clausura.
"Palermo, verdugo de Atlas", título la prensa mexicana y agregó: "con oficio e inteligencia, manejó el juego como le convenía y sin presión".