NEUQUÉN (AN).- Pasó menos de un año desde que Favio Posca sobrevolara bajito por Neuquén con "Alita de Posca", el espectáculo que abrió al grito de: "Acá los prejuiciosos tienen que levantarse e irse...¡Vamos a descaretarnos!".
Como si fuera un código entre humorista y público nadie se levantó de la silla. Todos se quedaron para reir a carcajadas frente a esa humanidad sombría y marginal que mostró el showman sobre tablas.
Posca vuelve a estas latitudes con su sexto y último trabajo "Los quiero muchísssimo!", un power show de humor y rock adrenalítico que lo tiene de gira nacional con exitosas repercusiones. Hará circular la energía de sus fans durante tres funciones en el Teatro Español: hoy y mañana, a las 22, y el domingo, a las 20.
A punto de volar hacia La Pampa, desde el aeropuerto (entre cholulos queriendo fotos y encuentros con artistas conocidos), el actor atiende la llamada de esta cronista con la mejor onda. Fiel al "estilo Posca" habla como actúa: con libertad, con velocidad, de forma genuina y espontánea.
Primero, aclara: "Los quiero muchísssimo!!".Tiene que ver con un personaje que alguna gente conoce, es como un código. A diferencia de mis otros shows, éste dice algo".
- ¿Como en "Alita..." veremos a esos personajes fallidos de la sociedad?
- Si bien conserva el estilo Posca, porque obviamente no voy a salir hablando de cosas muy literales ni mundanas de la superficialidad, sino que me interesa abordar el comportamiento humano desde la desprolijidad de la personalidad, con lo cual hay personajes deformes, pero este show es como más reidero, en un punto más popular. De hecho es mucho menos electrónico que la mayoría de mis shows. Y mucho más roquero. La música es más entendible, porque el rock es más popular. Es un show en el que empecé a investigar en cosas que no había hecho, por ejemplo, un mini corto actuado. Es un video sin música, de siete minutos aproximadamente que entra prácticamente en el "plan cine" y la gente se ríe a morir de lo que están escuchando, pero desde un lugar actoral que está buenísimo. También me parece que es hasta más participativo, cosa que no había hecho nunca.
Cuenta que la gente se engancha gritando cosas. "Es una participación coral o vocal", aclara. Algo que genera una catarsis energética muy fuerte entre él y su público, diferente a otros espectáculos suyos como "Mamá está presa" o "Lagarto blanco".
"Mis seguidores se van a encontrar con cosas nuevas, hasta tiene14 canciones. Para los que no me conocen es quizás más accesible y menos hermético", explica el actor que dijo "no" a Tinelli para bailar y cantar en el próximo reality de comedia musical. Pero dijo "sí" a Susana Giménez y es probable que muy pronto sus personajes deformes salgan por la pantalla chica.
- ¿El nuevo show mantiene el estilo vertiginoso de siempre?
- Obviamente, eso es un estilo absolutamente Posca y no los voy a defraudar. No voy a salir con una musiquita, es puro rock. Son dos horas de rock, de adrenalina, una puesta de luces increíbles, un sonido increíble, un equipo de trabajo increíble. Con la misma vertiginosidad...¡Eso olvidate!
-¿Crees que sos un provocador?
-No, en absoluto. Yo soy un artista que trata de ejercer la libertad máxima, digamos, arriba de un escenario. Y en busca de esa libertad digo lo que tengo ganas con talento y con calidad. Dándole al espectador la mayor calidad posible desde todo lugar. No me interesa mucho si soy un provocador o no, creo que lo que sí soy es un vanguardista absoluto, porque lo que hago yo no lo hace nadie arriba de un escenario. Por partes si, puede haber buenos músicos, buenos actores, pero lo que hago yo dos horas sin cambio de vestuario, como una especie de show rock, yo solo, la verdad que no lo hace nadie. Con lo cual soy un revolucionario y un provocador del arte en todo caso ¿No?
- Y la gente se engancha...
- Tengo gente que me sigue desde hace veinte años. Se generó una tribu super fiel, porque también soy como muy prolijo en mi manera y muy respetuoso de mi estilo. Eso la gente lo valora. Hago giras en el interior con la misma función que encaro La Plaza.
Cuando se le pregunta si el público del interior es más pacato que el de Buenos Aires, Posca dice que "no". Que él es un león. Que si no lo entienden, da vueltas hasta que la gente lo entienda, hasta que se produzca el "click". Hasta que todos se rían.