Jueves 22 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
La madre de Hilda Molina podrá viajar al país
El gobierno cubano flexibilizó la postura que aún prohíbe la salida de la médica disidente. La presidenta argentina valoró el gesto que le permite visitar a sus nietos en Buenos Aires.

BUENOS AIRES (DyN/ DPA/Télam) - El gobierno cubano decidió, luego de varios años de gestión de la Argentina, otorgarle el pasaporte a la madre de la médica Hilda Molina, quien de esta forma podrá viajar al país para visitar a la familia de su nieto Roberto Quiñones, en un "gesto" que fue valorado "enormemente" por la Casa Rosada.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo ayer que "valoro enormemente el gesto del gobierno de la República de Cuba que a través de su presidente, Raúl Castro, ha permitido que la señora Hilda Morejón Serantes pueda viajar a la República Argentina para estar junto a su nieto y bisnietos". Agregó: "lo valoro como un gesto hacia la familia Quiñones y también hacia el gobierno argentino".

La medida beneficia a Hilda Morejón Serantes, de 89 años, aunque su hija, una reconocida neurocirujana que desde 1994 reclama sin éxito el permiso para salir de la isla caribeña, aún debe esperar. "El gobierno cubano le entregó el pasaporte a mi mamá que estaba pendiente de entregárselo desde hace dos años, y, para sorpresa nuestra, le permitieron seguir los trámites del permiso de salida. Creo que la van a dejar viajar pronto", declaró Molina.

Desde el lunes se encuentra en La Habana Verónica Scarpatti, esposa de Roberto Quiñones, nieto de Morejón, para acompañarla a Buenos Aires.

Molina dijo que ahora iba a comenzar a realizar los pasos necesarios para conseguir su propio pasaporte y el permiso de viaje "como una ciudadana común".

La decisión de La Habana significó un respiro para el gobierno argentino, hoy con un complicado panorama político interno y con una compleja relación con el mundo, pero generó roces internos por el protagonismo presidencial en el anuncio, desdibujando meses de gestiones de la cancillería.

Sucede que la gestión que el gobierno nacional -primero el de Néstor Kirchner y ahora de Cristina Fernández- venía haciendo desde 2003, arrojó ayer el primer resultado positivo. El caso Molina afectó la relación bilateral entre La Habana y Buenos Aires y provocó roces, al punto tal que el propio Kirchner llegó a entregarle una carta a Fidel Castro pidiéndole por la médica, sobre la que nunca tuvo respuesta. En 2006, en la Cumbre del Mercosur, realizada en julio de ese año en la ciudad de Córdoba, el líder cubano se indignó cuando un periodista de un canal de Miami le preguntó cuándo iba a liberar a Hilda Molina, a lo que Castro respondió acusándolo de "mercenario", "infiltrado" y de haber sido "pagado por Bush".

Sin embargo, la asunción de Raúl Castro en el ejecutivo cubano, que lleva adelante un conjunto de reformas "dentro del socialismo" con un levantamiento del "exceso de prohibiciones" pareció flexibilizar la intransigencia cubana. Hilda Molina es una disidente al régimen cubano, ( ver aparte) que no la deja salir del país con el argumento de que su "cerebro es patrimonio del país", extendiendo la prohibición a su madre, hasta ayer.

En Buenos Aires, Roberto Quiñones hijo de Molina, agradeció al gobierno de la Argentina y personalmente a Raúl Castro "por este gesto de piedad y de humanidad que ha tenido". "Estoy muy contento porque la próxima semana (su abuela a la que no ve hace 14 años) quizás pueda venir aquí ", agregó.

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