JUNÍN DE LOS ANDES (AN)- La policía investiga si los restos óseos hallados el viernes en un paraje a 60 kilómetros de esta ciudad son los de Natalio Blanco, un poblador rural de 64 años de quien no se sabe nada desde hace más de un mes. La presunción es fuerte porque a 400 metros encontraron muerta a su mascota.
Los rastrillajes buscando pistas de Blanco comenzaron hace 15 días cuando su sobrino denunció en la comisaría 25 de Junín que su pariente no estaba en la zona de San Ignacio donde reside.
El viernes el trabajo de investigación encabezado por el subcomisario Gustavo Delaloye dio sus frutos: encontraron restos de un cráneo, un fémur y otros huesos de menor tamaño. Ayer el gabinete forense retiró esas piezas y hará análisis para tratar de establecer el sexo de la persona a la cual pertenecían, su edad, y la fecha probable del deceso.
Las fuentes policiales consultadas ayer por "Río Negro" explicaron que los restos se encontraban en regular estado, como si hubieran sido atacados por animales por lo que se presume que llevaban allí varios días.
"Todavía no tenemos ninguna confirmación oficial sobre la identidad, ni podemos decir si se trata de Blanco", aclaró una de las fuentes. Sin embargo, el hallazgo a 400 metros del cadáver del perro del poblador desaparecido alimenta esa hipótesis.
Por estas horas los pesquisas están esperando que mejoren las condiciones climáticas para realizar nuevos procedimientos con perros rastreadores.
Blanco vive en un paraje donde reside la comunidad Namuncurá. Tiene problemas de salud por los cuales incluso permaneció internado tiempo atrás, y ya no realizaba trabajos rurales. Se mantiene con una pensión que cobra mensualmente.
Sin hijos ni esposa, sus únicos familiares son una hermana y varios sobrinos, uno de los cuales denunció su desaparición.
Las averiguaciones realizadas por la policía permitieron establecer que Blanco se llevaba mal con algunos de sus vecinos, y una parte de la investigación apunta en esa dirección.