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	La autopsia determinó que no había signos de violencia. "Todo indica que fue un accidente", dijo una fuente judicial.

NEUQUÉN (AN)- Un grupo de chicos que jugaban a orillas del río Limay, en la calle Obrero Argentino al final, encontraron ayer a la tarde el cadáver de Julia Muner Menéndez, la mujer de 75 años que había desaparecido el 17 de abril pasado. La causa de su muerte fue asfixia por sumersión, llevaba más de 30 días en el agua y no había signos de violencia en su cuerpo ni en sus ropas.

Anoche los familiares reconocieron un anillo y los lentes de la mujer. Además se informó que tenía puesta la alianza con sus iniciales y la fecha de su casamiento.

Por otra parte, las ropas que vestía coinciden con las que llevaba puestas el último día que la vieron con vida, en la Clínica de Imágenes.

Lo que falta reconstruir es el camino que siguió desde que salió de la clínica, a la cual fue para acompañar a su esposo.

Se cree que por algún medio llegó hasta el río pero no habría caído en el sector donde apareció ayer su cadáver.

Muner sufría mal de Alzheimer, y eso habría contribuido a que se perdiera sin dejar rastros de su paradero.

Desde el momento de su desaparición, familiares y amigos montaron una amplia campaña de búsqueda y tapizaron con su foto varias ciudades del Alto Valle.

En el mes que estuvo desaparecida recibieron innumerables llamados pero ninguno les dio la pista correcta. Tampoco resultó acertado el dato que una vidente aportó a la Policía de Río Negro, cuyos efectivos rastrillaron sin éxito varios días la zona de Stefenelli, en Roca.

Según se informó ayer, el cuerpo estaba en un recodo manso del río, frente al sector donde se construye un barrio privado.

Es una zona poco profunda y pudieron rescatarlo sin dificultad. Efectivos de Bomberos buscaron elementos en el agua bajo supervisión de la fiscal Sandra González Taboada.

Los familiares se enteraron de la mala noticia alrededor de las 17, cuando la fiscal se reunió con ellos para trasmitírsela personalmente.

Sin embargo la confirmación llegó un poco después, cuando los familiares reconocieron los efectos personales de Muner.

La autopsia, que terminó alrededor de las 21, certificó que la muerte se había producido por asfixia por sumersión y que no había ningún signo de violencia en el cuerpo.

La investigación permanecerá abierta algunos días más para tratar de despejar las incógnitas que quedan, aunque anoche una calificada fuente judicial dijo a "Río Negro" que "todo indica que se trató de un lamentable accidente".

Los familiares, en tanto, prefirieron no formular declaraciones.