BAHÍA BLANCA (ACE).- El Juzgado Federal de Bahía Blanca reanudó las indagatorias esta semana a dos ex jefes de la Cárcel de Villa Floresta en 1976, acusados de "blanquear" la situación de detenidos - desaparecidos en centros clandestinos.
Según informaron fuentes judiciales, ayer culminó la declaración de Andrés Reynaldo Miraglia, quien desde fines de 1976 hasta 1980 fue jefe de la U4 de Villa Floresta, Bahía Blanca.
Para hoy se preveía la declaración de su antecesor, Héctor Luis Selaya, que ocupó la jefatura del penal de Floresta durante 1976.
Ambos están detenidos en la policía federal, Miraglia hasta que el juez Alcindo Alvarez Canale decida su situación procesal; en tanto Selaya se disponía a iniciar su indagatoria ayer al mediodía.
Desde la Unidad de fiscales se informó que Miraglia desconoció todos los hechos que se le imputaron, dijo no haber participado de ninguna situación ilegal y desconoció los procedimientos descriptos con las víctimas por parte de la fiscalía.
Según se indicó, durante la dictadura militar en la zona de V Cuerpo, la Cárcel de Floresta fue utilizada para "blanquear" las detenciones ilegales en centros clandestinos.
La cárcel funcionó como unidad de "enlace", debido a que desde el centro clandestino en dependencias del ejército, "La Escuelita", se enviaba allí a víctimas de las torturas en ese centro; como así también se enviaba al penal a personas que figuraban como desaparecidos y habían permanecido bajo tormentos en dependencias de la armada, en el buque de Puerto Belgrano, se informó.
De acuerdo a las constancias de la fiscalía, desde el penal también se retiraron internos para ser interrogados bajo tortura en los centros clandestinos del V Cuerpo, tanto del ejército como el de la armada.
Se describió que hubo oportunidades en las que las víctimas que ya habían pasado por la tortura, en la misma cárcel se les ponía una capucha y luego los interrogadores "el tío" (Santiago Cruciani) o "el Laucha" (Julián Corres) les exigían información a cambio de no volver a la tortura.
Corres fue indagado hace unos 10 días en la causa y permanece detenido en la policía federal hasta que el juez decida su situación procesal.
El juzgado pidió también la detención de un cabo 1 del ejército en 1976 de apellido Núñez, quien funcionó como el "personal de enlace" entre los centros clandestinos y Floresta.
Según la fiscalía, Núñez era el responsable de alojar a los torturados en la cárcel, en tanto a veces cuando las víctimas eran "abandonadas" encapuchadas y atadas en la ruta, era la persona que en el móvil del servicio penitenciario, los llevaba a la cárcel de Floresta.