NEUQUÉN (AN)- Una serie de estudios médicos llegaron a la conclusión de "hay probabilidades" de que en las muertes de Eva Tapia y sus hijos Candela y Héctor, ocurridas el 11 de abril en Centenario, "hayan participado terceras personas".
Sin embargo fuentes judiciales consultadas ayer por "Río Negro" aclararon que tomaban con cautela las conclusiones de los peritos, en especial porque distan de ser categóricas. Añadieron que la investigación seguirá en procura de reunir otras pruebas que permitan llegar a una conclusión más certera.
Los cuerpos fueron hallados en un canal de riego, y la causa de la muerte fue asfixia por sumersión. Candela (dos años y tres meses) y Héctor (52 días de vida) aparecieron el viernes 11 de abril, y Eva (17) el domingo.
Durante la autopsia se detectó que el cadáver de Eva presentaba dos tipos de lesiones: en el ojo y la boca (un golpe que había recibido 24 horas antes de fallecer, al parecer se lo aplicó su pareja) y una "compresión" en el lateral izquierdo de su cuello.
Esta última lesión podría haberla sufrido en forma contemporánea con su muerte, o al menos en horario próximo. Ahí se concentraron los análisis anatomopatológicos, toxicológicos, y la autopsia.
Ayer, en la fiscalía de Graves Atentados contra las Personas recibieron un informe de los médicos encargados de las pericias. Si bien no son categóricos, mencionan que "hay probabilidades" -no indica si "altas" o "bajas"- de que hayan aplicado sobre el cuello de la joven "una fuerza externa".
Supuestamente la última persona que vio con vida a Eva, Candela y Héctor fue Sergio Rodríguez (23), pareja de la joven y padre de las criaturas. Según relató a la policía, el viernes 11 de abril salió de su casa, fue a visitar a su madre y a otros parientes, y al regresar alrededor de las 20 encontró la casa vacía.
Fue entonces al hospital y luego a la policía para preguntar si había alguna noticia de su familia. Para entonces los cuerpos de los chicos ya habían sido hallados por un tomero.