NEUQUÉN (AN).- G..., la joven mendocina de 17 años que era obligada a prostituirse por su novio en esta capital, contó su historia de amor y terror, para que a otras chicas no les pase lo mismo.
"Él me había dicho de conocer Neuquén por lo que cuando llegamos de Bariloche nos alojamos en un hospedaje ahí en calle Intendente Mango y Alcorta", comenta con voz tenue la joven que al otro día de desembarcar en esta provincia su novio, Alejandro Tanachagüe (23), la obligó a prostituirse.
"Yo acepté hacerlo por miedo a que me golpeara y además no tenía a dónde ir ni a quién recurrir", se justifica la mendocina quien admite que se sentía confundida.
El hermano de su novio era el contacto acá en Neuquén y quien sabe cómo se manejaba la prostitución en el Bajo. "El hermano de él está metido en el tema de prostitución en Neuquén y tiene a la mujer trabajando desde hace mucho", cuenta la piba, hoy al amparo de su familia.
Las directivas de lo que tenía que hacer, dónde pararse y cuánto cobrar se las dio el novio por consejo de su hermano.
La parada donde trabajaba G.... era Alcorta y Don Bosco, mientras que la esposa del hermano de su novio se paraba en Láinez y Planas.
"Yo no sabía nada, él me dio los precios y me dijo que a los clientes los tenía que llevar al hospedaje", admitió la joven.
Tanachagüe estipuló que su novia, menor de edad, cobrara: 25 pesos por los 15 minutos, 70 pesos la media hora y 120 pesos la hora.
En tanto, el hospedaje lo debía pagar el cliente a quien se le cobraba 15 pesos los 15 minutos, 20 pesos la media hora y 30 pesos la hora.
"Yo comenzaba a trabajar a las 20.30 y cuando me iba bien terminaba a las 4.30, que fueron las dos primeras semanas donde sacaba entre 700 y 800 pesos", asevera la menor que para conseguir ese monto: "tenía que lograr conseguir como mínimo unos 10 clientes por media hora cada uno".
Respecto a lo estipulado ella sólo podría tener sexo oral y vaginal. "Pero la mayoría de los clientes querían sexo anal y yo me resistía, así que me pedían sexo oral", continúa el relato la jovencita que a pesar de estar ejerciendo la prostitución su novio le seguía exigiendo tener sexo con él.
Todo se complicó tres semanas atrás cuando los clientes empezaron a mermar y a G..... le cayó la recaudación a 400 pesos por noche.
En ese momento su horario de trabajo se extendió hasta las 6:30 o 7 de la mañana y llegó a atender a unos 20 clientes por noche.
"Cuando mermó el trabajo él me empezó a golpear y se quejó porque decía que yo lo engañaba con otro. Yo ya no quería tener ni siquiera sexo con él. ¡Fue terrible!", explicó la menor mendocina.
La situación que generó el quiebre en la chica fue una brusca escena donde su novio la maltrató.
"Empezó ahorcándome y después me pegó con el puño y con un cinturón en la cabeza. Producto de esto se me formó un derrame en los ojos y él me seguía pegando en el cuerpo y por todas partes. Me llegó a poner un cuchillo tipo carnicero, que le había comprado a los artesanos, en la boca y me decía que le explicara por qué hice tan poca plata. Yo le dije que no tenía la culpa de no trabajar como antes y él me culpaba de que yo había cambiado y que lo engañaba", detalló G....
Ese día jugaba Boca, por la Libertadores, contra el Atlas de México, por lo que la chica adolorida y aturdida decidió no ir a trabar aprovechando que su novio veía el partido.
"Me fui en taxi al Castro Rendón y le expliqué a los de seguridad lo que me pasaba y le avisé a mi hermana que me estaba pegando", confió la chica que inmediatamente recibió todo tipo de asistencia médica y legal.
La celeridad de los distintos organismos ayudó para que Tanachagüe fuera detenido, situación en la que permanece en la actualidad.
El pasado sábado la menor fue trasladada a Mendoza donde se reencontró con su familia.
"Estoy con mi familia y con miedo de salir a la calle aunque no salgo sola. Sé que no va a ser fácil olvidar por eso voy a ir al psicólogo para que me ayude a superar esta situación. Fue mi primer novio y estaba muy enamorada", concluyó G.....