Miércoles 21 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 30 y 31 > Sociedad
Un "brindis" por la inmortalidad
El vino podría hacer más lento el envejecimiento.

La inmortalidad como don aparece con frecuencia en las leyendas. Historias de objetos como la piedra filosofal, la panacea universal y el elixir de la vida son comunes por toda Europa y Asia y en otras regiones. La fuente de la juventud, símbolo de la inmortalidad, supuestamente curaba y devolvía la juventud a quienquiera que bebiera sus aguas o se bañara en ellas, aunque nunca pudo ser descubierta.

Más cerca en el tiempo, con el avance de la ciencia, la idea de la inmortalidad ha quedado relegada al terreno del mito, pero muchos investigadores tratan de encontrar sustancias para alargar la vida, con diversos resultados.

Una de ellas es el resveratrol, una proteína enzimática presente en las paredes de células vegetales, como las uvas, en productos derivados, como el vino y el mosto, y en otros alimentos como el maní y las nueces. Posee propiedades antioxidantes y anticancerígenas. Por tanto, los alimentos y bebidas que contienen esta sustancia se consideran recomendables para la salud. Estudios recientes han revelado que esta sustancia es también beneficiosa en el tratamiento de la obesidad.

Uno de los más fervientes defensores de las propiedades del resveratrol es David Sinclair, quien trabaja en la Universidad de Harvard (EE.UU.) y es un especialista de fama mundial en el campo de la medicina antienvejecimiento. Quienes trabajan con él en ese departamento tienen como misión desarrollar modos de prevenir y tratar las principales enfermedades manipulando los genes que controlan cuan rápido envejecemos.

En los últimos 10 años ha habido un cambio de paradigma en la comprensión del proceso de envejecimiento. Hasta 1990, la mayoría de los investigadores creían que ese proceso era demasiado complejo para encontrar drogas que pudieran lentificarlo. Pero entonces, los genetistas comenzaron a descubrir genes que podían extender sustancialmente el tiempo de vida en organismos de laboratorio, como gusanos, moscas y ratones.

 

Los genes y el envejecimiento

 

Actualmente, los científicos saben que la tasa de envejecimiento no está predeterminada, sino regulada naturalmente por un grupo de genes muy importantes. Estos genes tienen relación con los notables efectos de la dieta conocida como hipocalórica, que demora el envejecimiento en todas las especies estudiadas, desde las levaduras a los primates.

La dieta hipocalórica es actualmente el único tratamiento que puede prevenir enfermedades vinculadas con el envejecimiento, incluyendo al cáncer, la enfermedad cardíaca, la osteoporosis, la diabetes y la neurodegeneración. Basándose en este descubrimiento, los investigadores de Harvard han sintetizado pequeñas moléculas que pueden activar al grupo de genes vinculados con la dieta hipocalórica en los mamíferos.

 

RICARDO GÓMEZ VECCHIO

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí