VIEDMA (AV)- Falta de control. Este parece ser el nudo de las irregularidades que se han hecho públicas en la droguería de Salud de Río Negro. En la investigación judicial, lo más penoso es el faltante de medicamentos oncológicos -por su altísimo costo y porque están destinados a personas que padecen cáncer y no tienen obra social ni recursos para afrontar el tratamiento-. Pero la base del problema es más grave aún si se tiene en cuenta que este sector recibe y distribuye la medicación a los hospitales de toda la provincia.

Son dos las causas que se tramitan en el Juzgado Penal a cargo de Carlos Reussi. La primera fue presentada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas por el presunto hurto de una caja del medicamento oncológico "Clivec", investigación que luego incluyó otros faltantes de la misma medicación. Incluso se habría detectado que una paciente se habría quedado sin ese tratamiento por más de 40 días ante la desaparición -sin explicación hasta el momento- de la partida que se le había indicado y que se le debía entregar en el hospital Zatti. La investigación

continuó en ese ámbito y, ante la detección de otras irregularidades en el padrón de pacientes oncológicos, entre otros, se amplió aquella denuncia. En el marco de esta causa el juez Reussi citó a una cantidad importante de testigos y dispuso una serie de medidas, entre ellas el allanamiento de una farmacia de Viedma, ubicada en la calle Álvaro Barros en las afueras del radio céntrico viedmense. En esta investigación -hasta el momento- estaría involucrada una empleada del Programa de Control de Cáncer, que en ese momento estaba a cargo del médico Rubén Kovalizcyn.

La segunda causa se inició por la denuncia penal formulada por Salud ante el faltante de oncológicos en la droguería de ese ministerio por más de medio millón de pesos. En ésta, y entre otras medidas, el juez ordenó los allanamientos en la vivienda particular del farmacéutico Javier Girotti, quien fue coordinador provincial de Políticas de Medicamentos hasta diciembre de 2007, y en la sede del laboratorio Gavazza, de Bahía Blanca, proveedor de los oncológicos.

Hasta el momento el magistrado no habría evaluado toda la documentación secuestrada en la vivienda particular y no habría recibido el material reunido en el laboratorio bahiense.

La droguería de Salud fue creada durante la gestión en el ministerio de Adriana Gutiérrez pero nunca habría tenido un control estricto en relación al manejo de los medicamentos. La desaparición y el presunto hurto de oncológicos es evidencia de ello.

Abona esta conclusión que en la primera causa existiría una denuncia interna que nunca habría sido investigada por Salud ante una actitud de presunto atropello que habría protagonizado el entonces jefe del Programa Oncológico cuando se le indicó que estaba prohibido el ingreso al depósito -permitido hasta ese momento-, el médico se habría ofuscado, tratado en forma incorrecta a quien le informaba sobre esa nueva metodología y desconocido la disposición.