BUENOS AIRES (ABA).- Por la positiva y con claras señales de querer distender, Néstor Kirchner admitió que la crisis con el campo por las retenciones móviles afectó la imagen de su esposa, la actual mandataria: "Cristina se está recuperando... así como yo terminé siendo presidente tras la crisis de 2001 - evaluó a horas del levantamiento del paro agrario - ella va a terminar de parir su mandato después de este conflicto con el campo".
Según revelaron a "Río Negro" allegados al ex presidente de extrema confianza, en su balance del pleito, Kirchner no ocultó su decepción con parte de la dirigencia de las entidades agropecuarias.
Dijo que hubiese preferido que se dejaran sin efecto las medidas de fuerza el mismo lunes y no a la cero de hoy. "Allá ellos", reflexionó.
En tal sentido, apuntó que el gobierno hizo un gesto conciliador en su asunción como titular del PJ. "Sólo habló Cristina y los hombres del campo desoyeron ese llamado", dijo.
Kirchner se mostró muy cuidadoso, explicaron las fuentes. "No quiso echar leña al fuego. Por eso evitó hacer pronunciamientos públicos. Se limitó a indicar que los números de la economía son buenos y seguirán en esa dirección. El Banco Central actuó correctamente cuando hubo compradores de dólares con fines especulativos", dicen que explicó ayer en La Rosada. Reveló que habían sido identificados esos adquirientes de la moneda norteamericana. "Igual se llevaron un chasco, porque el dólar bajó", acotó.
¿Qué pasará con el Pacto social del Bicentenario proyectado para este 25 de mayo? Sigue adelante, aunque su concreción podría demorarse un poco, reconoció. En principio, se llegó a un acuerdo con la Iglesia Católica, sobre la forma en que se hará el próximo domingo en Salta el tradicional Tedéum. Presidirá la ceremonia el arzobispo Mario Cargnello. En el gobierno esperan que su homilía no tenga el tono crítico al que los tiene acostumbrados el presidente del Episcopado, Jorge Bergoglio.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner logró que el arzobispo católico sea acompañado por un sacerdote anglicano, uno musulman, un rabino y un ortodoxo. Todos harán llamamientos para la paz, leyendo pasajes de las escrituras.
La jefa de Estado quiere encauzar definitivamente la relación con la Iglesia Católica. Hay gestiones secretas para que en el marco de la asamblea de la FAO, que se realizará en Roma, sea recibida por el número dos del Vaticano, Tarcisio Bertone, con quien estuvo reunida en noviembre en ocasión de la beatificación de Ceferino Namuncurá.
A esta altura, el gobierno habría desistido de insistir con la candidatura de Alberto Iribarne como embajador ante la Santa Sede, que lo había cuestionado por su condición de católico divorciado. Se nombraría a otro diplomático e Iribarne iría como representante argentino ante Portugal.
Mientras tanto, durante la jornada de ayer continuaron los contactos técnicos entre las entidades agropecuarias y el gobierno. Las deliberaciones fueron en el Ministerio de Economía, cuyo titular, Carlos Fernández, se convertiría desde hoy en pieza clave para destrabar el conflicto, junto con el jefe de gabinete Alberto Fernández.
Según supo "Río Negro", hay prácticamente una decisión tomada de ponerle un tope a las retenciones móviles. Si es que la cotización de la soja llegase a pasar la barrera de los 600 dólares por tonelada, el estado se quedaría con un porcentaje que va del 47 al 55 por ciento, y no el 95 previsto en la medida dispuesta por el defenestrado Martín Lousteau.
Desde la cartera de finanzas se señaló que las entidades agrarias ya tienen una agenda con los temas propuestos por el gobierno para debatir y definir una política para los próximos años.
A nadie le escapa que la relación está desgastada por el conflicto. La principal inquina en la Rosada es con el jefe de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, a quien el jefe de gabinete se negó a atenderle el teléfono el lunes. Sospecha Alberto Fernández que detrás de Buzzi está Víctor De Gennaro, el dirigente de la CTA que reclama la personería y que en la actualidad se convirtió en un opositor más al gobierno K.
