La violencia xenófoba que estalló en Johannesburgo dejó en una semana al menos 22 muertos y cientos de heridos, según primer balance policial dado a conocer hoy.
Desde el comienzo de la persecución a extranjeros hace una semana, fueron detenidas 217 personas, pero la brutal violencia continuaba hoy. Unas cien viviendas fueron incendiadas. La policía calificó la situación de muy tensa.
En el barrio marginado de Jerusalem los agentes fueron recibidos con munición pesada cuando quisieron impedir que unas 500 personas saquearan tiendas de extranjeros. La oposición, en tanto, renovó su reclamo de que sean enviados militares a la zona, dado que la policía ya no controla la situación.
Una iglesia metodista en el centro de la ciudad, en la que unos mil extranjeros asustados buscaron refugio, fue atacada por hombres armados, según informó el obispo Paul Verryn. Sin embargo, el ataque se frustró.
Testigos dieron cuenta de escenas horripilantes en el centro de Johannesburgo. Bandas armadas rastrearon edificios de varias plantas en busca de extranjeros y tiraron a mujeres por las ventanas. Un hombre se quemó vivo después de que una turba lo atara en medio de gritos a un colchón que luego fue incendiado. Cientos de personas, presa del pánico, buscaron refugio en iglesias, centros sociales y comisarías de policía.
Los responsables de la ola de violencia acusan a los inmigrantes de dedicarse al crimen y de arrebatarles puestos de trabajo a los sudafricanos. Los disturbios comenzaron hace una semana en la barriada de Alexandra, donde unas 1.000 personas viven refugiadas en una comisaría de policía por temor a ser asesinadas.
La oleada de violencia xenófoba ha sido condenada por casi todos los sectores políticos y sociales de Sudáfrica.
FUENTE: DPA