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LA SEMANA EN SAN MARTIN DE LOS ANDES: Puntitos | ||
En algunos pliegues políticos, de esos con influencia en decisiones presupuestarias, desde casi siempre y vaya uno a saber por qué queda la sensación de que los "puntitos" en una gráfica son vistos como ajenos a lo humano. Como si curvas o barras tuvieran valor por sí mismas y no por lo que representan. Puede ocurrir en cualquier momento y con cualquier gobierno. El pasado 11, este diario publicó un informe sobre la problemática del suicidio en Río Negro y Neuquén. Si el caro lector lo pasó de largo, vale la pena que haga un repaso de las páginas 34 y 35. Desde este microuniverso sanmartinense, con el mismo acicate, se intentó conocer la evolución de los casos locales. Y hubo una inesperada evidencia... La falta de coincidencia entre el diagnóstico y el registro de intentos de suicidio, provoca un "subregistro" que reduce los aspectos mensurables del fenómeno y, acaso, los efectos políticos en la toma de decisiones. Durante el 2007, en San Martín y área rural, para unos 30.000 habitantes, se confirmaron 34 casos de tentativa de suicidio, según fuentes de Salud Pública. Se trata de 34 personas que intentaron quitarse la vida y así quedó asentado. Pero si se amplía el rango de búsqueda, se verá que en el mismo año se anotaron 61 casos de "síndrome depresivo". Bajo ese "paraguas" en el hospital público, está la mayoría de personas con sintomatologías o acciones compatibles con el intento de supresión de la propia vida, pero que no los admiten como tales o no son registrados explícitamente bajo esa condición. Luego, hubo otros tres casos anotados como "lesionados", con heridas compatibles con "autoagresión", pero que tampoco fueron admitidas como tales. En las instituciones de la salud, el grueso de esas situaciones se atiende por guardias, generalmente desbordadas. Un médico admitió que, por lo común, se atiende al paciente hasta asegurar que se encuentra físicamente bien, pero no se investiga más allá. Sólo si hay evidencia incontrastable se da parte al servicio (hiperdesbordado) de Salud Mental. Ahora bien, cuando la fuerza de seguridad es la que interviene, casi siempre se trata de la consumación del suicidio. Sólo en jurisdicción de la céntrica comisaría 23, entre el 2005 y lo que va del 2008, se anotaron 11 casos fatales: cuatro en el 2005, tres en el 2006, tres en el 2007 y uno a abril del presente año. Como las instituciones que llevan estos datos guardan natural reserva sobre las identidades, no fue posible para esta columna determinar si algunas de las personas que aparecen como fallecidas por suicidio en la Policía, fueron apuntadas antes por intento de suicidio en el hospital público o engrosaron la esquiva columna de "síndrome depresivo". Y es que la existencia del "subregistro" no es un dato menor. La dimensión del fenómeno va más allá de los casos comprobados de intento de suicidio; como lo saben, por ejemplo, los educadores, que deben lidiar a menudo con problemáticas adolescentes dramáticas, muchas veces fronterizas con el riesgo de la autoeliminación. En el 2005, una ong local organizó charlas con reconocidos profesionales. Se sorprendieron por la fuerza de la convocatoria, que colmó las salas de conferencia, en especial la que fue dedicada a adolescentes y jóvenes de San Martín. La iniciativa estaba vinculada con la puesta en marcha de una "línea de vida". Pero por lo que sabe, el proyecto quedó trunco por falta de financiamiento. O quizá por desinterés político... O quizá por "subregistro".
FERNANDO BRAVO | ||
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