YANGON, Myanmar (AP)- Un buque de la armada francesa con ayuda para los sobrevivientes de un devastador ciclón aguardaba ayer en las costas de Myanmar esperando la autorización del hermético régimen militar para distribuir ayuda, mientras el número de muertos y desaparecidos trepaba a 134.000.
Por otra parte, un equipo tailandés recibió permiso para ayudar a las víctimas del ciclón en zonas vedadas a la mayoría de los extranjeros.
Unos 30 médicos, enfermeras y paramédicos prevén viajar al delta del Irrawaddy para tratar a las víctimas en campamentos o aldeas remotas, dijo el doctor Surachet Satitniramai, director del Instituto de Servicios Médicos de Emergencia tailandés.
Las autoridades de Myanmar insistieron que el personal debía ser civil -no admitiría médicos militares- y dijeron que no tendría acceso a hospitales donde hubiera médicos locales.
La junta llevó a un grupo de diplomáticos extranjeros a visitar el anegado delta del Irrawady ayer, pero la principal enviada estadounidense a este país dijo que era una visita orquestada.
La prensa oficial anunció el viernes que la cifra de muertos por el ciclón Nargis se había casi duplicado a 78.000 y que los desaparecidos ascendían a 56.000.
Los grupos de ayuda dicen que probablemente hay 128.000 muertos, y que muchos más podrían morir de hambre y enfermedades a menos que la ayuda llegue rápidamente a unos dos millones y medio de sobrevivientes.
El desastre se desencadenó el 2 y 3 de mayo pasado. Mientras tanto, una tormenta tropical pronosticada para ayer provocó algunas inundaciones, aunque sin comparación con las causadas por el ciclón.
Pese a contar con escasos medios para asistir rápida y eficientemente a las víctimas, el gobierno aislacionista insiste en que no quiere que ningún grupo internacional maneje las operaciones de ayuda en su país desesperadamente pobre.