NEUQUÉN (AN).- Taxistas y policías mantuvieron una reunión cerrada donde reconocieron la flexibilización de las rutas seguras que se establecieron tras el crimen del taxistas Néstor Navarrete en febrero del 2007. El dato salió a la luz en un escenario complejo con una terna de condimentos que alimentan la polémica. Por un lado se desarrolla el juicio por el homicidio del taxista que fue el movilizador de la creación de esas rutas de control. Por otro, la sociedad cuestiona a los trabajadores del volante después de que estos le propinaran una golpiza a un joven pasajero disconforme con el servicio y por ultimo, el incremento de robos a taxi que denunció el sindicato que agrupa a los choferes.
El cónclave entre taxistas y la Policía, reconocido por ambas partes, se realizó hace unos días. Alrededor de la mesa en la dirección de Seguridad estuvieron sentados durante unas tres horas confrontando pareceres en un diálogo fluido donde terminaron reconociendo responsabilidades compartidas.
"Ellos reconocieron tener algunas falencias en los controles y nosotros, no haber respetado las rutas seguras",
comentó el líder sindical de los conductores de taxi Eduardo Lira.
Las rutas que se habían establecido eran puestos fijos de control policía donde se requerían los datos del taxista y del pasaje. Se pusieron puestos en la zona de Valentina, los principales accesos de ingresos al oeste, el Parque Industrial, Confluencia y la salida a Cipolletti.
Estos controles fueron efectivos y los atracos a taxistas bajaron considerablemente durante un largo tiempo. Pero los certeros controles sacaron a la luz irregularidades dentro del gremio de los conductores de taxi. Sucede que en reiteradas ocasiones, los taxistas a los que se les requirió su documentación personal, la Policía descubrió que tenían antecedentes y hasta ordenes de captura.
Así las cosas, los hombres del volante decidieron comenzar a evadir y evitar, abiertamente, circular por las rutas seguras. El detalle no sólo fue reconocido por propietarios de bases y el gremio sino también por la Policía que comenzó a notar una importante merma de vehículos que pasaban por sus puestos fijos.
"Prácticamente los levantamos porque los tacheros ya no pasaban por los controles. Tuvimos varios casos donde tenían antecedentes los taxistas y no los pasajeros", contó un jerarca de la policía que prefiere evitar roces con los conductores de taxi.
"Es verdad que hubo algunos con antecedentes pero los que tenían pedido de captura era por paradero y no fueron más de 15 los casos que tuvimos. El requerimiento del paradero eran porque no aportaban la manutención a sus hijos por lo que les pedimos que regularizaran su situación porque a un hijo no se le hace eso", expresó Lira.
La evasión de los puestos fijos por parte de los taxistas trajo aparejado que la policía los flexibilizara y que lentamente volviera a darse la dinámica del robo a taxi.
De acuerdo con los datos que manejan desde el sindicato de conductores de taxi, en los últimos 40 días sus afiliados han padecido unos 15 atracos que son los denunciados. La cifra es mucho mayor pero debido a que no se radica la denuncia el número oficial es bajo indican desde el sector. "Muchas veces los tacheros para evitar pérdida de tiempo no formulan las denuncias", confió el líder sindical de los choferes de taxi.
Con este panorama a las partes no les quedó otra que acercar posición. Así es que la policía les garantizó a los taxistas el incremento de puestos de controles en distintas zonas entre las 20 y las 8. El gremio aceptó que la policía continúe los controles. "Logramos que haya una salvedad y es que el taxi que esquive los controles será denunciado a su base y el conductor, pasible de sanción", indicó una fuente policial.