A Racing no le sale nada. En el quinto minuto de descuento, llovió el último centro en el área 'académica' y Boca, a través del pibe Ricardo Noir, terminó concretando un 2-1 que llenó de impotencia y desazón a medio Avellaneda.
Con una formación de suplentes, a la que le costó mucho encontrar volumen de juego, pero con inclaudicable vocación ofensiva, Boca se sobrepuso a la desventaja del primer tiempo y ganó.
Claro que antes, para llegar a la igualdad, el 'Xeneize' se vio favorecido por un grave error del árbitro Carlos Maglio, quien no observó una clara mano de Cristian Chávez en la jugada previa al gol del empate de Gabriel Paletta.
Corría el minuto 28 del complemento y a partir de ahí, todo cambió para Racing. El equipo de Juan Manuel Llop sintió demasiado el golpe y no se recuperó más. Comenzó a deambular en la cancha, renunció a otra posibilidad que no fuera defenderse como pudiera, más aún cuando se quedó con 10 hombres por al expulsión de José Schaffer a poco del final.
En el primer segmento del partido, Boca controló el medio juego con comodidad e hizo circular la pelota de manera prolija, pero todas las insinuaciones se diluyeron. El juvenil Pablo Mouche perdió dos chances claras al rematar
a las manos de Martínez Gullotta.
Racing parecía perdido en la cancha, pero a los 14', José Chatruc sacó rápido un tiro libre desde la derecha, se durmieron los defensores de Boca, Maxi Moralez recibió en el área, sacó un centro que cruzó el área chica y el chileno Reinaldo Navia, de cabeza, venció a Pablo Migliore.
Comenzó el segundo tiempo y Boca mostró la intención de ir a la carga, pero con desorden. Racing, tal vez entusiasmado por la falta de idea de su rival, decidió sostener el resultado cada vez más cerca de su arquero. El ingreso de Claudio Fileppi por Navia, pasado el cuarto de hora, puso más en claro cuál era el partido que quería jugar.
Pero llegó el fatídico minuto 28, y el sueño de Racing de ganar el clásico se transformó en pesadilla. Las garras de la Promoción lo acechan cada vez más.