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Diez años para lograr un par de sillas de ruedas | ||
Los chiquitos viven en una pequeña vivienda. Toda la familia duerme en la misma cama. | ||
RINCÓN DE LOS SAUCES (ARS).- Al cabo una larga lucha, una humilde mujer de Rincón de los Sauces consiguió un par de sillas de ruedas para sus hijos discapacitados, de once y ocho años. Durante lo que llevan de vida, los chicos no saben de paseos pues han permanecido casi siempre dentro de una pequeña y precaria habitación. La pieza y una cama de plaza y media conforman su lugar en el mundo. La mujer y sus tres hijos (hay una menor sin problemas) viven en condiciones precarias en un espacio reducido y sin acceso a servicios esenciales. Andrea Cerna de 31 años, es madre de Jesús y Brisa, dos niños que al nacer, sufrieron ataques cerebrales graves que les provocaron discapacidades físicas y mentales avanzadas. Con fuerza y permanente lucha, Andrea crió a sus pequeños como pudo, siempre dependiendo asistencia social, donaciones y de la caridad de sus vecinos. Pero en esta cuidad que genera millones de dólares por hora en la explotación petrolera, Jesús esperó diez años y Brisa ocho para conseguir las sillas de ruedas. La donación estuvo a cargo del Ministerio de Desarrollo Social de Neuquén que cumplió al poner en movimiento la maquinaria social de la provincia, de escasa presencia en esta localidad. Jesús, Brisa y la más pequeña, Jésica, duermen con su mamá en una cama de una plaza y media. Si la cama fuera de dos plazas no entraría en la habitación. En el único ambiente sólo entran una mesa, dos sillas, una heladera, un anafe y la cama donde los niños con problemas, pasaron gran parte de su vida, al no tener silla de rueda para sacarlos a dar un paseo. "Río Negro" compartió para de la mañana con la familia. Poco espacio, pocas cosas, mucha limpieza. Jesús despierta y presenta su primera convulsión de las muchas que debe soportar a diario. Mamá lo abraza fuerte y espera que pase. Pasa. El flash de la cámara fotográfica lo sorprende pero parece no molestarle y Jesús mira cómplice, como sabiendo que sería el centro de atención por algunos minutos. Su hermanita más pequeña, duerme a los pies de Jesús, acomodada para aprovechar el reducido espacio de la cama. Ella no puede caminar y al igual que su hermano, presentan deficiencias que sólo pueden ser superadas con el amor de Andrea y su interminable fibra de madre. Ahora los chicos tienen sillas de ruedas y desde el mismo Ministerio se comprometieron a ampliar la vivienda. La familia necesita asistencia permanente. Andrea recibe dos cajas de comida por mes y hasta el año pasado accedía a los pañales para los pequeños. Con el cambio de gobierno los pañales se terminaron y la lentitud en el sistema sumó nuevos problemas.. La mamá no puede trabajar pueslos chicos demandan atención permanente. Solo trabajos de planchado y lavado, muchas veces a mano, generan una entrada de dinero. Brisa necesita atención kinesiológica: no camina y al estar siempre en la cama sus músculos se atrofian. Al mismo tiempo que Andrea contaba a su caso, Rincón inauguraba un nuevo rally con un costo de 50.000 pesos y no muy lejos de la humilde vivienda, un circo mostraba sus animales a decenas de chicos alborotados. Para Jesús y Brisa todo ocurre en otro plano. | ||
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