CIPOLLETTI (AC).- El defensor oficial Alejandro Silva pidió que se anule la sentencia que condenó a 15 años de prisión a Juan Marcelo Rosas, el joven que asesinó a Alejandro Bernales cuando estaba bajo los efectos del alcohol. En su alegato, había requerido que se declarara inimputable a su defendido -conocido como el autor del "caso del encendedor"-, pero sólo uno de los jueces opinó que no hubo dolo.

Silva presentó el recurso de casación en el que le solicitó al Superior Tribunal de Justicia, que dicte resolución anulando el fallo o bien que absuelva a su asistido.

"La sentencia definitiva recurrida está viciada de nulidad, pues se sustenta en absurdo probatorio; absurdidad y arbitrariedad en la aplicación del derecho de fondo al descartar la inimputabilidad de mi asistido, y aplicación subsidiaria de la teoría 'actio libera in causa', solicitadas por esta parte durante el juicio. Asimismo falta de fundamentación en la determinación judicial de la pena", expresó Silva.

En fallo dividido, los integrantes de la Cámara Segunda del Crimen de Cipolletti el pasado 5 condenaron a Rosas a 15 años de prisión por "homicidio simple en concurso real con coacciones agravadas por el uso de armas".

Los jueces César Gutiérrez Elcarás y Pablo Repetto coincidieron en que desde el punto de vista psiquiátrico-psicológico, considerando la ingesta alcohólica, la tolerancia, la habitualidad de beber en el imputado y las consideraciones sobre los grados de ebriedad clínica, "Rosas se encontraba ubicado en un grado de ebriedad que lo torna penalmente responsable". Por eso lo condenaron.

Silva, entre otros argumentos, respondió que el voto de la mayoría "se equivoca" al desechar uno de los dictámenes periciales que "no dejó lugar a duda sobre el estado -alienación- de las facultades mentales en el momento del

hecho de mi asistido, por lo que resulta plenamente no imputable".

"Así la prueba pericial centrada en el examen clínico, y no en tablas de alcoholemia, es una prueba directa respecto de que Juan Marcelo Rosas se encontraba al momento del hecho que se le imputa, en un estado de intoxicación alcohólica que corresponde al segundo grado de ebriedad y el mismo encuadraría dentro del concepto 'estado de inconsciencia del período médico legal de ebriedad'. Este grado de intoxicación alcohólica alteró el estado de sus facultades mentales de tal forma que no pudo comprender la criminalidad del acto, ni dirigir sus acciones", dijo el defensor.

El crimen ocurrió el 20 de noviembre de 2006 en Cipolletti. Hubo dos testigos presenciales, que dijeron que "Chelli (Rosas) le pasó el cuchillo por la cara a la víctima en varias oportunidades, en un momento el imputado revolvió un bolso y sacó su billetera, sostuvo que le faltaba dinero, acusó a Bernales a quien hizo desvestir, tampoco encontraba su encendedor y acusó a Bernales de robárselo", se indicó en el fallo. Luego 'Chelli' lo persiguió y "le clavó el cuchillo a la altura del estómago".