ROCA (AR).- La premisa es el tiempo. Sólo en el Alto Valle, cientos de jóvenes conducen y arriesgan su vida diariamente arriba de una moto que fácilmente los puede llevar a la muerte, por apenas un peso.
Una y otra vez los accidentes con los "delivery" se suceden en cualquier cualquier ciudad; en muchos casos por intentar entregar una pizza o una hamburguesa en el menor tiempo posible, a costa de que ocurra un accidente o que puedan ser víctimas de una verdadera tragedia.
En su mayoría son jóvenes que no superan los 20 años, con escasa experiencia laboral, que se suben arriba de una moto -muchas veces sin casco o a velocidades que superan las permitidas- con el único objetivo de cobrar entre 1 y 1,50 pesos por cada viaje que realicen.
"No tengo aportes, y obra social menos. Yo trabajo en una pizzería que si te llegas a accidentar, solamente te pagan los remedios. Pero ojo, después te los descuentan", asegura un muchacho de no más de 20 años, que trabaja para una empresa ubicada en la zona céntrica de Roca.
El último accidente ocurrió el miércoles por la noche, justamente en esta ciudad, cuando el empleado de una casa de comidas protagonizó un choque en calle Belgrano y Chile, y luego tuvo que ser derivado al hospital López Lima como consecuencia de las lesiones que presentaba. Pero a la lista se agregan varios hechos en los últimos años, que incluso llegaron a costarle la vida al joven Jorge Saavedra, quien prestaba servicios en una firma local.
Vínculo
Pero ¿cuál es la relación legal que mantiene un "delivery" con su "empleador" o el propietario del restaurante o de la pizzería?
En materia laboral, no hace falta tener un contrato para acreditarlo.
Es más, el hecho de percibir un salario, de cumplir un horario, y de recibir órdenes para cumplir una actividad diaria, da por acreditado que existe una dependencia, y que por lo tanto se deben respetar todas las normas legales (aportes al sistema de seguridad social, un seguro de riesgo de trabajo y una obra social).
"Es una actividad muy especial. Y por lo general no existen contratos pero se puede acreditar fácilmente esa relación", explica el titular de la cátedra de Derecho Social de la Facultad de Derecho y Ciencias sociales, el doctor Oscar Massei.
Pero aclara que pueden darse situaciones muy distintas a la hora de analizar un accidente o un hecho que involucre a un "delivery".
Por ejemplo, la situación es totalmente distinta si esa persona presta funciones para una sola firma (casa de comidas, restaurantes, etcétera), o si se dedica a prestar servicios para varias de ellas. Allí la responsabilidad radica en la misma persona que maneja el vehículo porque justamente no tiene una relación con un solo empleador, sino que presta un servicio de manera eventual para cada uno de ellos.
El docente aclara que es un tema complejo porque hay legislación que indica que estos jóvenes deben estar amparados en el marco legal de la actividad a la que se dedican. Si trabajan en un restaurante, deben estar comprendidos entre los trabajadores gastronómicos o si lo hacen para una farmacia en el convenio de los empleados de comercio. "Pero por lo general y a pesar del riesgo que corren, la mayoría no cuenta con ningún tipo de asistencia a la hora de enfermarse o de protagonizar un accidente", subraya.
Varios especialistas consultados por este diario en distintas cámaras laborales, tanto de Río Negro como de Neuquén, coinciden en que es "muy difícil" encontrar un juicio de un "delivery" en contra de una empresa a la cual prestan servicios.
"Nunca llegan. Es que el empleador sabe de antemano que está en falta y por lo general trata de llegar a un acuerdo en la secretaría de Trabajo, antes de afrontar un juicio que sabe que lleva las de perder", explica Massei.
Para el abogado laboralista Rodolfo Ponce de León, hay una total desprotección y desconocimiento en torno a esta materia. "Son personas jóvenes, que muchas veces utilizan esta actividad como un trabajo temporal, esperando otra cosa", subraya este abogado y constitucionalista, quien aseguró que no es difícil comprobar la relación entre empleado y empleador. "Lo que más cuesta, es justamente encontrar uno que cumple con la ley", sostuvo.
Evidentemente hay una falta de control por parte de los organismos del Estado (municipio, ministerio de Trabajo, etcétera), que siguen dejando a estos jóvenes en total abandono, fuera de cualquier marco legal y exponiéndolos a un riesgo diario para poder sobrevivir.
LUIS LEIVA