VIEDMA (AV).- Ayer comenzó el juicio contra un taxista imputado del asesinato de su novia. Se trata del joven Alejandro Rodríguez, detenido desde abril del año pasado por el homicidio de María Verónica Folik, quien murió tras recibir una feroz golpiza en el monoambiente que ocupaba en un hotel del barrio Guido de esta capital, donde además trabajaba.
El hecho que conmovió a la comunidad de la Comarca Viedma-Patagones ocurrió en la mañana del 14 de abril del año pasado.
El Tribunal integrado por los camaristas Susana Milicich de Videla, María del Carmen Vivas de Vásquez y Eduardo Ignacio Giménez, escuchó ayer a siete testigos, la mayoría de los que fueron citados. Hoy se sumarán otros por lectura y se podrían escuchar los alegatos del fiscal de Cámara Juan Ramón Peralta; del abogado defensor Alejandro Platino y el de los apoderados de la querellante Martín Alcalde y Cristo Guenumil.
El imputado se abstuvo de declarar ante los jueces, por lo menos, en esta primera audiencia.
A fines de abril del año pasado, el juez Carlos Reussi dictó el procesamiento y la prisión preventiva contra Rodríguez por el delito de "homicidio simple".
Le imputó que en la mañana de aquel sábado habría golpeado a la joven de 30 años y madre de dos pequeños hijos en forma reiterada con un elemento romo, presumiblemente puntapiés, provocándole politraumatismo de cráneo grave, otorragia, hematoma en el cuello, pérdida de piezas dentarias, fractura mandibular derecha, hematoma fronto temporal parietal izquierdo con edema y desplazamiento de masa encefálica, lesiones que le provocaron la muerte.
Para el juez, Rodríguez fue quien inició una fuerte discusión con Verónica esa mañana que generó que vecinos llamaran la atención para que se callaran, el que la golpeó de tal forma que la joven pidió a gritos auxilio.
Cuando dos jóvenes y su madre -propietarios del hotel- corrieron al monoambiente luego que intentara uno de ellos abrir la puerta que estaba cerrada con llave, el agresor había huido y la mujer yacía en el piso gravemente herida. Los testigos reiteraron este relato ante los jueces.
Rodríguez tenía prohibida la entrada al hotel por los propietarios y en esa oportunidad habría ingresado en forma clandestina con la aprobación de Folik con quien mantenía una relación sentimental. Su alta estatura (1.85) y estado atlético le habrían permitido escapar por los techos.
Además fueron halladas huellas dactilares del imputado en la puerta, en la heladera y un recipiente de plástico del monoambiente. Su teléfono celular quedó abandonado en el baño del lugar, donde también se encontraron zapatillas y medias masculinas, así como un cuchillo con mango de alpaca con las iniciales AR grabadas y una colilla de cigarrillo.