SANTIAGO DE CHILE.- Miles de desplazados anhelan volver a su localidad cubierta de cenizas, aunque sea por poco tiempo, para recuperar algunas pertenencias, aún a riesgo de que una explosión con material incandescente del volcán Chaitén alcance el lugar en seis minutos, como lo advirtió la presidenta Michelle Bachelet. Pero además, los sismos se siguen sucediendo en los alrededores de Chaitén, mientras el pequeño poblado se transformó en un lugar fantasma, donde el gris de las cenizas domina las tonalidades de la zona, y algunas vacas deambulan en busca de algo de pasto que difícilmente puedan conseguir.
La erupción hace nueve días del volcán Chaitén, a 1.200 kilómetros al sur de Santiago de Chile, obligó a la evacuación acelerada de los 4.500 habitantes del poblado del mismo nombre, situado a 10 kilómetros del macizo andino. La mayoría de los chaiteninos huyó con lo puesto, dejando sus documentos, fotografías, enseres y a sus mascotas -perros y gatos- que hoy deambulan hambrientos por las desiertas calles de Chaitén, al igual que el ganado.
Bachelet se reunió ayer con algunos habitantes de Chaitén refugiados en Palena, separados por unos 250 kilómetros, y les explicó que los vulcanólogos opinan que hay una gran posibilidad de que el volcán registre una violenta explosión y arroje grandes cantidades de piroclastos (material incandescente, cenizas y piedras). De generarse este escenario, el material iría "directamente a través del río, del valle, hacia Chaitén", les explicó la mandataria. Agregó que, según los expertos, el material incandescente viajaría a una velocidad de entre 100 a 400 kilómetros por hora, por lo que llegaría al poblado en "sólo seis minutos".
Bachelet les dijo que el gobierno estudiará si es posible acceder a que retornen a su pueblo, con resguardo militar y policial. Pero centenares de pobladores se muestran decididos a arriesgarse para volver a sus viviendas y recoger documentos, enseres irremplazables y, si es posible, a sus mascotas, unos 450 perros y 350 gatos.
Un operativo de la fuerza aérea el sábado permitió recuperar documentos del Conservador de Bienes Raíces de Chaitén, pero alcanzaron a sacar sólo un 60% de registros. La jueza Patricia Miranda, que participó en el operativo, dijo que el panorama en Chaitén es "desolador, gris. Un pueblo fantasma lleno de animales sueltos en busca de comida".
Agregó que algunos uniformados vieron cadáveres de animales en las calles.
Los habitantes de Chaitén y centenares de Futaleufú, separados por 156 kilómetros, se desesperan cada día más y poco a poco parecen darse cuenta de que, al menos, los chaiteninos no podrán regresar a sus hogares.
Según cifras oficiales, los desplazados son entre 7.000 y 8.000 personas.
Voluntarios de grupos defensores de los animales sólo están a la espera del permiso para tratar de sacar al mayor número de animales chicos, porque caballos, vacas y ovejas morirán irremediablemente, según estimaciones.
En un radio de 30 kilómetros alrededor de Chaitén está prohibido entrar y en uno adicional de 20 kilómetros más es considerado peligroso estar. La erupción del volcán Chaitén, dormido por más de 9.000 años, fue muy violenta y se registró apenas dos días después de un enjambre sísmico, lo que llama la atención de los expertos, según explicó a la agencia AP el vulcanólogo Hugo Moreno.
Los vulcanólogos están divididos entre quienes creen que la localidad de Chaitén nunca más podrá ser habitada y quienes piensan que podría recuperarse después de algunos años.
En tanto, en Esquel comenzó el "operativo de limpieza", para extraer el fino polvillo que se encuentra depositado en las calles. Las cenizas acumuladas del Chaitén oscilan entre los dos a cinco centímetros de espesor, según indicaron funcionarios del Comité de Contingencias constituido para este tipo de catástrofes.
El titular de la dirección de Defensa Civil del Chubut, Evaristo Melo, dijo a Télam que ya comenzaron a trabajar en Esquel máquinas especiales para recolectar las cenizas, dándole prioridad a las calles que circundan los establecimientos escolares con el fin de que hoy se desarrollen las clases normalmente, como "estaba previsto".
El coordinador del operativo, Claudio González, explicó que "las cenizas recolectadas serán compactadas y trasladadas a un pozo de grandes dimensiones situado a unos 15 kilómetros de Esquel. Una vez lleno, el pozo será tapado con tierra". (AP, Télam y Redacción Central).