CIPOLLETTI (AC).- Hay partidos que marcan a fuego y el de ayer no será fácil de olvidar. Cipolletti edificaba una holgada victoria sobre Unión de Sunchales y de repente se le esfumaron los tres goles de ventaja. Volvió a ponerse arriba pero en el final el equipo santafesino se lo dio vuelta y se llevó un histórico 5-4 que complicó muchísimo los planes del “Albinegro” en su lucha por conseguir la clasificación a la gran final del Argentino A. El otro dato negro fue que a la salida intentaron agredir a un grupo de jugadores (ver aparte).
En la cancha fue un partido con todos los condimentos posibles: un mal arbitraje de Alejandro Arco (para los dos equipos), cuatro expulsados, muchos goles y una gran responsabilidad del local en la resurrección de un equipo visitante que conquistó una verdadera hazaña.
Es que el “Albinegro” cometió todos los errores imaginables en defensa ante un Unión que, de antemano se sabía, utiliza el juego aéreo como su principal arma ofensiva.
Los cinco goles que recibió en el complemento parecieran difícil de explicar, pero no. Cipolletti decididamente no supo cómo cerrar el partido cuando se puso 3-0 arriba en el inicio del segundo, dejó con vida a un rival que siempre se mostró combativo, no logró contener al indescifrable Fabián Espínola que saltó desde el banco como una inyección de vida y después se dejó apabullar con centros que fueron cayendo incesantemente en la red .
De movida el “Bicho Verde” santafesino se paró con autoridad y al albinegro le costó imponerse en el medio y mucho más en ataque, porque intentó mucho por arriba, precisamente donde más cómodo se siente Unión.
Recién después de los 25 comenzó a soltarse y así llegó la apertura. Weisser abrió para la izquierda, Padua la dejó pasar para Dómini, que definió por abajo del arquero.
Si el 2-0 que anotó el propio “Pikachu” trajo tranquilidad, el tercero de Manuel Berra, a los 4 del complemento, parecía el moño para una victoria justa y necesaria.
Pero cuando tuvo que ponerle un cerrojo al partido, no supo cuidar la pelota ni tampoco maniatar al “15” de Unión, que hizo lo que quiso.
Entre los 9 y los 21 pasó lo que ni los más pesimistas pensaron que podía suceder.
Espínola, Fler y García empataron el partido y enmudecieron a la Visera.
En el medio fueron expulsados el propio Fler y Carou.
Era todo incertidumbre hasta que sobre la media hora Oscar Padua primero pifió, pero no desaprovechó el rebote y clavó el 4-3.
Ahora sí parecía que todo volvía a encaminarse, pero “Cipo” no aprendió de sus errores y Unión, nuevamente de cabeza, volvió a empatar.
Si la igualdad ya sonaba a casi nada, el 5-4 en favor de la visita, bordeando los 50 minutos, sepultó toda ilusión de ganarlo en el final.
Sin excusas, Cipolletti debió irse al vestuario cabeza gacha y masticando bronca.