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ANALISIS: En su peor momento | ||
Que el campo le gane finalmente la pulseada a Néstor Kirchner no será su mayor signo de debilidad, tal como él está empeñado en creer. Tampoco la rendición ominosa de los hombres del agro podrá reconstituir de inmediato su pedestal. El ex presidente se comporta como un general que se cuece a fuego lento en su propio laberinto. La gente pide diálogo, mientras los términos de la guerra bullen en su cabeza. Quizás porque el microclima interno lo obnubila Kirchner ha perdido de la noche a la mañana una de las aptitudes que mejor ejercía, aquella que le dio ventaja sobre todos los demás políticos durante casi cinco años: la capacidad de interpretar el sentir mayoritario de la sociedad. Aún conserva la poderosa chequera y su vocación autoritaria, pero la pérdida de esa facultad parece ser hoy su mayor flaqueza. La irritación ha ido en aumento y no es difícil entrever por qué el carisma inicial de CFK ha caído tanto a cinco meses exactos de su asunción y por qué, más allá del colchón de superávits y reservas, se ha generado el ruido que se escuchó durante los últimos días en los mercados. No le alcanza el "aguante", para compensar en la balanza tantos lastres. Con este deterioro de imagen, con el campo afuera, los industriales preocupados por el tipo de cambio, con la CGT arisca por salarios, con la diáspora de los radicales K y un PJ en ebullición, a punto de intentar un primer jaque a los Kirchner, será bastante difícil darle algún contenido de fondo a lo que se prevé puede ser el relanzamiento del gobierno, el próximo 25 de Mayo. (DyN) | ||
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