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Peter Capusotto brilla aún sin sus clásicos | ||
BUENOS AIRES.- "Peter Capusotto y sus videos", la genial creación del actor, cómico y músico, lanzó su cuarta temporada a través de la pantalla de Canal 7, con la clara intención de ratificar un estilo que haciendo las delicias de los seguidores de un humor bizarro y desprejuiciado elevó el ráting del ciclo hasta 2.1. El fenómeno de un espacio delirante que además multiplica su impacto sin tiempo a través de internet, tuvo un regreso donde la idea de continuidad sin apelar a sus grandes éxitos (como el patético rock-star Pomelo, Luis Almirante Brown que pretende acercar a Artaud a las masas o el sexista Crema), restó impacto. En ese contexto de estrenos dentro de una estructura probada con los separadores del alocado conductor y de los impresionantes clips acercados por Marcelo Iconomidis, la más notable de las novedades fue Bombita Rodríguez, un olvidado cantante popular y revolucionario de los 70. El vocalista chabacano pero luchador que entonces fue conocido como "el Palito Ortega montonero" fue la estrella del segmento "El rock y la política" y aportó tres fragmentos de desopilantes canciones pasatistas pero con mensaje combativo. La galería de criaturas desbordadas incluyó a la banda Nicolino Roche y los Pasteros Verdes que padece de su adicción a los psicofármacos, y a Maxi Pequenino, un joven emprendedor del rock que aprendió el negocio con apenas siete años y que patrocina la visita de Tic Jagger, un seguidor del cantante de los Stones. Otros personajes fueron el roquero uruguayo Beverly Di Tomasso (que triunfa y fracasa gracias al efecto del humo en escena), el satánico Quiste Sebáceo (que no logra llevar su mensaje diabólico por ser zezioso) y el loco Daysi May Queen (que decide herir a la humanidad tras el asesinato de un loro al que le enseñaba a cantar "Una noche en la ópera"). Entre los copetes que introducen a cada situación grabada, el Capusotto presentador da rienda suelta a todos los tics de los animadores del medio como cuando en medio una de sus parrafadas advierte que "empezó Tinelli" y entonces se levanta y se va. Por eso, y aun con sus vaivenes, el programa es un remanso de creatividad e ingenio que rompe con el molde de una tevé local que cada vez más parece condenada a los mismos bailes. (Télam) | ||
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