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	La tribu Nahuelpan, años después de la instalación del Vicente Calderón, su maestro.

" Gestión de la Fronteriza. Para el otoño de 1912 la Policía Fronteriza de Chubut y su jefe Mateo Gebhard acumulaban desprestigio y un verdadero caos cordillerano. Su similar de Río Negro a cargo de Adrián del Busto no le iba mejor, quizás porque ese escuadrón rionegrino tenía poco presupuesto y escaso personal. Por esa razón su jefe viajó a Buenos Aires a gestionar mejoras. Se sentó frente al dr. Isidoro Ruiz Moreno, Director de Territorios Nacionales y le pidió designara a un ex policía del Chubut -Guillermo Landalde- para que contratara gendarmes vigorosos en San Luis y Mendoza. ¿Qué tiene que ver esto con la secuencia que esta misma columna trató en pasadas semanas sobre el intento de asesinato al maestro de Cholila Vicente Calderón en junio de 1908? ¿Quién más que Calderón sabía cómo eran los malos policías? Él, a quien le otorgaron un cargo de comisario inspector ad honoren -que no ejerció por estar dedicado plenamente a la docencia- y sus supuestos subordinados uniformados lo balearon. Para cuando Del Busto propuso al gobierno que el ex comisario Landalde reclutara gendarmes en Cuyo, Calderón ya llevaba tres años al frente de la escuela de la reserva indígena de Nahuelpan. Y aquí el vínculo de los dos temas: el propuesto por Del Busto para contratar gendarmes (Landalde) fue el mismo que atrapó a los policías criminales de Cholila en 1908.

" Expediente revelador. El expediente 5092 legajo 23 -año 1912 - sala Ministerio del Interior del Archivo General de la Nación, conserva los antecedentes funcionales al pedido del jefe de la Policía Fronteriza de Río Negro que fue caratulado "Extracto: Pide se informe si Guillermo Landalde fue empleado de policía del Chubut, sus antecedentes y causas de su salida". El Director de Territorios dr. Isidoro Ruiz Moreno telegrafió al gobernador del Chubut el 28 de junio de 1912 pidiendo los antecedentes de Landalde. El expediente 129 - año 1912, del Territorio Nacional del Chubut incluyó el informe del jefe interino de policía quien señalaba que Landalde se había incorporado a las filas policiales a fines de 1906 "permaneciendo en esta capital (por Rawson) hasta el 7 de octubre de 1907". En esta última fecha fue "trasladado a Puerto Madryn por enfermedad del ex subcomisario Pedro Derbes". Hasta entonces, Landalde tropezó con problemas menores. En Rawson había detenido a un tal Juan Masachiodi, quien lo querelló por abuso de autoridad, pero el juez letrado los sobreseyó y salvó "su buen nombre y honor". Cuando en Madryn el individuo Carlos Baar cometió una violación de domicilio y se desacató, Landalde lo redujo con un machetazo en la cabeza, aunque la herida no fue grave. Su mejor galardón decía: "Trasladado el 28 de abril de 1908 a la Colonia 16 de Octubre tomó activa intervención en la persecución y detención de los agentes de la comisaría de Cholila, Diego Batilana y José Ayala, autores de heridas graves al comisario inspector D. Vicente Calderón, y el alevoso asesinato en la persona del peón del mismo llamado Asunción Mayorga". El informe ignoraba que Calderón era maestro.

" Landalde cae en desgracia. A pesar de la meritoria detención efectuada por la partida encabezada por Landalde -cuando éste revistaba como sargento- que permitió condenar los ejecutores de la tragedia de Cholila, el comisario de 16 de Octubre Andrés Garate -según el informe del gobierno chubutense que respondió a la consulta del Ministerio del Interior- tuvo "sospechas tal vez infundadas" contra Landalde: lo "remitió detenido a esta Capital (Rawson) por suponerlo infiel en la custodia de presos". El entonces Jefe de Policía Martín López "no dio mayores trascendencias a las suposiciones del comisario nombrado y dispuso el traslado del sargento como encargado del destacamento de Gastre en cuyo lugar dejó de pertenecer a la repartición a raíz de un decreto gubernativo del 2 de setiembre de 1909 que suprimió el destacamento nombrado". Para entonces, nada quedaba de la compañía chilena Cochamó, denunciada por el maestro y origen de su tragedia. (Continuará)

FRANCISCO N. JUÁREZ

fnjuarez@sion.com