NEUQUÉN (AN) - El índice de precios al consumidor que elabora el INDEC tiene muy pocos defensores en Neuquén porque su elaboración está teñida de denuncias de manipulación. Pero en el ministerio de Hacienda de la provincia hay muchos que agradecen que el crecimiento real de los precios no aparezca reflejado en los números oficiales porque cada punto de inflación significa mayores costos que automáticamente hay que reconocerles a los contratistas de las obras públicas financiadas con los bonos en dólares emitidos por el anterior gobierno. Ello, por imperio de un decreto dictado también por el ex gobernador Jorge Sobisch.
No es el único frente de conflicto con proveedores que tiene el gobierno de Jorge Sapag por la inflación. El MPN cedió a la presión de los acreedores que dejó la anterior administración y elevó la tasa de los otros bonos, los que no tienen garantías de regalías, que la Legislatura acaba de aprobar para cancelar los compromisos con las empresas que vendieron y prestaron servicios al Estado hasta el 10 de diciembre. Los proveedores habían protestado porque con una tasa del 7% anual ni siquiera se cubren los efectos de la inflación que declara el Indec. Los mensajeros del gobierno de Sapag dijeron varias veces que la deuda reclamada por los proveedores no tenía respaldo de documentación y que en esa irregularidad fueron responsables los directores de administración de los organismos, pero de todos modos se emitirán otros bonos para pagarles.
Sobisch lanzó sus bonos en dólares entre 2006 y 2007, garantizados por regalías de los yacimientos neuquinos, por 250.000.000 de la moneda estadounidense. Ese dinero quedó por ley destinado a financiar una serie de obras públicas con la que se pretendió crear infraestructura para la reconversión de la economía argentina, pero entre acueductos y autovías se colaron autódromos y hospitales.
Ese plan apenas llegó a iniciarse durante el gobierno anterior y, aunque con algunos cambios, está en pleno desarrollo.
Los contratistas, de todos modos, comenzaron a reclamar la "redeterminación" del contrato cuando la inflación acumulada superó el 2%, tal como establece el decreto de Sobisch. Este defasaje hace que el crédito de los bonos no alcance para financiar todas las obras programadas. Ello obligó a los técnicos del ministerio de Hacienda a formar un equipo para establecer cuánto dinero tendrá que poner el Tesoro para el tramo final de los trabajos.