RANGÚN (AFP).- Los birmanos votaban ayer un referéndum constitucional que la junta militar mantuvo pese a los múltiples llamamientos para que se aplazara, una semana después del paso del ciclón Nargis que dejó al menos 65.000 muertos o desaparecidos y más de un millón de damnificados.
La consulta, el primer escrutinio que se celebra en Birmania desde hace 18 años, se mantuvo en todo el país salvo en las zonas más devastadas por el ciclón, donde los electores acudirán a las urnas el 24 de mayo.
Apoyado por la ONU, el partido de la opositora Aung San Suu Kyi presionó a la junta militar para que aplazara el referéndum y diera prioridad a la ayuda a las víctimas del ciclón.
Sin embargo, los generales desoyeron la petición, siguieron con sus planes y sólo retrasaron las votaciones en 47 localidades.
Mientras tanto, la ayuda de urgencia continuaba llegando con cuentagotas a las zonas afectadas debido a las condiciones impuestas por el régimen militar.
El primer convoy de ayuda de Naciones Unidas para los damnificados llegó a Birmania el sábado por vía terrestre, procedente de Tailandia, anunció el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Dos camiones que transportaban 20 toneladas de material de primera necesidad cruzaron la frontera entre Tailandia y Birmania sin toparse con ningún obstáculo, anunció el ACNUR en un comunicado divulgado en Ginebra. "Esperamos que (este convoy) abra un corredor humanitario para permitir que la ayuda internacional llegue más ampliamente a las víctimas del ciclón", indicó Raymond Hall, representante de la agencia de ONU en Tailandia.
Sin embargo, el Programa Alimentario Mundial de la ONU (PMA) anunció ayer que la junta militar birmana confiscó otros dos cargamentos aéreos de ayuda humanitaria, por lo que llegaron a ser cuatro los retenidos.
Poco después, el PMA informó de que había recuperado uno de los cargamentos y que seguía negociando con las autoridades birmanas la devolución del resto.
La oposición demócrata de Birmania denunció que el número de muertos por el ciclón Nargis está aumentando "día a día" debido a las restricciones que impone la junta militar a la asistencia humanitaria y pidió a la ONU que envíe ayuda "por todos los medios".
La ONU pidió fondos por valor de 187 millones de dólares para ayudar en los próximos seis meses a Birmania. Sin embargo, su secretario general, Ban Ki-moon, aún no logró ponerse en contacto con el número uno del régimen birmano, el general Than Shwe, según una fuente de la organización.
El general, de 75 años, también desoyó las peticiones de aplazar el referéndum. Este representa la primera ocasión de voto para los birmanos desde las legislativas de mayo de 1990, ganadas por la LND.
Los militares se negaron a aceptar ese resultado y han mantenido en arresto domiciliario durante la mayor parte de los últimos 18 años a la líder opositora Suu Kyi, de 62 años.
Según la junta militar, la aprobación de la Constitución abrirá la puerta a elecciones plurales en 2010 y a un "traspaso de poder" progresivo a los civiles.
Los disidentes, sin embargo, afirman que el nuevo texto arraiga aún más la supremacía del ejército, en el poder desde 1962.