Sábado 10 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 28 y 29 > Internacionales
ANALISIS: Exige entrar en el reparto del poder

Cuando Hassan Nasrallah muestra su sonrisa irónica, poco después se oyen disparos. La escalada de violencia fue provocada por decisiones del gobierno, que querían debilitar los canales de comunicación secretos entre Hizbollah y su aparato de vigilancia, algo que la milicia chiíta, equipada por Irán, no iba a permitir.

Sobre todo porque desde hace meses intenta sin éxito con protestas, huelgas y amenazas que dimita o que al menos haga concesiones la mayoría en el gobierno que lideran Saad Hariri y el primer ministro Fuad Siniora, respaldados por Occidente. Ahora Nasrallah ha perdido la paciencia. Hizbollah saca músculo.

"Es un ataque iraní", se queja el ministro de Deportes, Ahmed Fatfat, que pertenece a la facción de Siniora. "Hizbollah se debe creer que el camino a Tel Aviv pasa por Beirut", agrega el ministro en referencia a la amenaza de Hizbollah de atacar Israel con misiles. Y en verdad, en las últimas semanas parecía como si Hizbollah se estuviese preparando para una reedición del enfrentamiento militar que durante 34 días libró con Israel en 2006. Pero al parecer, los chiítas libaneses decidieron ocuparse del otro "frente": el de casa.

De esa forma regresase a Beirut, 18 años después, el fantasma de la guerra civil. Pero todavía queda una barrera: el Ejército, integrado por soldados de todas las confesiones, sigue unido. Los soldados se esfuerzan en impedir que siga escalando la violencia. También los del bando cristiano se mantienen al margen. De momento, el frente discurre entre seguidores sunnitas de Hariri y los musulmanes chiítas.

"La historia del Líbano ha puesto de manifiesto que nuestro país no tiene futuro cuando un grupo intenta acabar con el otro", advirtió el ex primer ministro Selim Hoss. El político, neutral y conciliador, reprobó al gobierno por sus "precipitadas" resoluciones, que han provocado la ira de la cúpula de Hizbollah. A su vez, propone que el candidato de compromiso propuesto hace meses, el comandante del Ejército, el general Michel Suleiman, sea elegido presidente y él emprenda el diálogo político. (AFP)

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