LA PAZ (AFP) - El presidente Evo Morales y algunos prefectos regionales aceptaron el reto que planteó el Senado para convocar en los próximos 90 días a referendos que determinarán si se quedarán o no en sus cargos, una apuesta de alto riesgo para todos ellos, según analistas.
"Esta es una forma de cómo profundizar la democracia en nuestro país", afirmó Morales cuando anunció que promulgará la ley aprobada el jueves en el Parlamento. Morales dijo que sus opositores "están arrepentidos'' por haber aprobado la norma porque en su criterio "saben que van a perder''.
Según el diario paceño La Razón, cinco prefectos aceptaron hoy el desafío de exponer sus mandatos a la consulta popular y los dos gobernadores "más vulnerables" a ese referendo, según el periódico cruceño El Deber, son los de La Paz, José Luis Paredes y el de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, dos opositores al gobierno en departamentos que son reductos del MAS.
Para Paredes, el referendo revocatorio "es una buena decisión. Yo voy a iniciar mi campaña que consiste en mostrar todo lo que hemos avanzado. Creo que voy a superar la votación", dijo .
También Reyes Villa dijo sentirse "seguro", porque "no hay que tenerle miedo a las urnas. Creemos que es la mejor manera de dar la decisión a la ciudadanía". Según el director de autonomías de la prefectura de Santa Cruz, Carlos Dabdoub, "hay prefectos que tienen un elevado índice de aceptación y esperan que se promulgue la ley. Ahora quien tiene que preocuparse es el gobierno".
En los futuros referendos (uno nacional y nueve regionales) el mandato de Morales -que concluye en enero de 2011- podrá ser cesado si el número de personas que piden su revocatoria supera los votos que recibió en la elección de diciembre de 2005 (1.544.374, 53,74% del total).
La misma lógica (un voto más que el recibido individualmente en la última elección) se aplicará para la revocación de los prefectos de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Tarija, Beni, Pando, Chuquisaca, Potosí y Oruro; los primeros seis, duros opositores del mandatario.
"Sin lugar a dudas, con la decisión del Senado pierden todos", gobierno y prefectos, afirmó el analista político boliviano, Fernando Mayorga, quien dijo que primero los dos bandos debieron agotar su agenda de negociación sobre dos puntos conflictivos: la nueva Constitución, de corte indígena que quiere imponer Morales, y los gobiernos autónomos planteados por las regiones opositoras.
Sobre el efecto que podría tener sobre el gobierno la consulta para ratificar o no el mando presidencial, el analista conservador Cayetano Llobet, opinó que "Evo (Morales) se ha puesto la soga al cuello", opinando que llegan más fortalecidas las cuatro regiones que piden autonomía.
El referendo revocatorio "puede redistribuir las cartas y volver a darle legitimidad al gobierno", dijo Franck Poupeau, sociólogo del Instituto Francés de Estudios Andinos de La Paz, quien pronosticó que probablemente habrá "una gran movilización para salvar a Evo". Más allá de las variadas opiniones sobre el cambio de escenario político con la ley aprobada por el Congreso, el presidente Morales, el primer indígena en 182 años de historia republicana de Bolivia, se congratuló de que "las urnas y no las armas" sean la solución a las divergencias políticas.