Si de algo se encargó el MS de Roma fue de dar batacazos. No le bastó con hacer caer a Rafael Nadal, el hombre más fuerte en polvo de ladrillo, que antes de encontrarse con su compatriota "Mosquito" Ferrero había ganado 103 de los últimos 104 partido en esta superficie. Ayer también mordió el polvo, pero de la derrota, nada menos que Roger Federer.
El verdugo del suizo fue el checo Radek Stepanek, quien se impuso por 7-6 (7-4) y 7-6 (9-7), y después de sellar su victoria dibujó una "secante" estilo jugador de voley.
En otro de los partidos disputados este viernes, el suizo Stanislas Wawrinka se deshizo del estadounidense James Blake por 6-7 (5-7), 7-6 (7-5) y 6-1 y también pasó a semifinales.
Dos días después de Rafael Nadal, rey de la tierra batida y vigente tricampeón, el número uno del planeta se despidió de Roma al perder dos 'tie-breaks'.
Con los dos principales favoritos eliminados, el torneo queda más abierto que nunca con una semifinal entre Stepanek y Novak Djokovic, el ganador del Open de Aus
tralia, y la otra entre el suizo Stanislas Wawrinka y el estadounidense Andy Roddick.
Federer había causado muy buena impresión en sus dos primeros encuentros, perdiendo un solo servicio. Pero contra Stepanek, número 27, que hasta ahora le había ganado una sola vez, en 2002, su juego cayó en picado.
El suizo cometió muchas faltas directas, sobre todo de revés. Pero, por encima de todo - algo raro en él - fue incapaz de sobreponerse en los puntos importantes, es decir, en los dos 'tie-breaks'. "He fallado muchas ocasiones durante el partido", lamentó Federer. "En los dos 'tie-breaks' me puse por delante y, en general, en este tipo de situaciones, no dejo pasar la ocasión. Por eso es tan decepcionante", añadió.