VIEDMA (AV)- Una realidad social explotó ayer en plena sesión del Concejo Deliberante en esta capital. El reclamo por la tenencia precaria de las tierras que ocuparon hace algo más de un mes varias decenas de habitantes de la ciudad, se exteriorizó ayer a la mañana frente a los rostros absortos de los concejales.
Insultos, pintadas y expresiones de indignación hicieron temer a la presidenta del cuerpo por la integridad física de alguno de los ediles por lo que convocó a la fuerza policial. Su ingreso al recinto generó mayor malestar y la protesta a punto estuvo de salirse de madres. Por algunas horas, los ediles -también la presidenta del cuerpo- quedaron sitiados dentro del Concejo.
El disparador del escándalo fue la negativa del oficialismo a tratar el proyecto de ordenanza del concejal Ariel Gallinger -ARI- que proponía quitar como restricción para acceder a un lote fiscal el antecedente de haber alguna vez ocupado por la fuerza algún terreno.
Por mayoría, frente a un pequeño grupo de vecinos del recientemente conformado barrio "30 de Mayo" -así denominado por los propios ocupantes que ese día se instalaron con casillas de cantonera y chapas en manzanas fiscales situadas en la periferia de la capital- el cuerpo parlamentario decidió rechazar el tratamiento.
Los manifestantes, que ya superaban los 50, decidieron expresar su rechazo pidiendo que se trate el proyecto y se le dé solución a la compleja problemática. La presidenta del CD, Hilda Schliter les sugirió que conformaran una comisión con la cual pudieran entrevistarse, pero los manifestantes se negaron.
Comenzó así una tensa discusión sólo interrumpida por largos silencios durante los cuales los ediles tomaban contacto con funcionarios del Poder Ejecutivo que telefónicamente, se negaron a recibir a quienes consideran usurpadores. No faltaban los insultos ni los reclamos encendidos, por momentos carentes de respeto hacia la investidura de los concejales.
Pero tampoco estuvieron ausentes las descarnadas descripciones de un problemática que golpea a decenas de familias que viven en la miseria. Entre ellos, una joven discapacitada, con cuatro meses de embarazo lloró micrófono en mano.
Otro muchacho mostró su marcapasos mientras repetía que no son delincuentes, que solamente piden por sus derechos.
Cuando algunos ediles y empleados del lugar pretendieron salir del recinto, el grupo que ya se había incrementado a casi un centenar se los impidió y la situación fue adquiriendo mayor tensión.
El silencio prolongado de los funcionarios legislativos exacerbó los ánimos y cuando un dirigente barrial, criticó en la cara al edil Alejandro Arizcuren, la presidenta del cuerpo llamó a la Policía.
El ingreso de la fuerza lejos de calmar los ánimos provocó un escándalo mayor. Algunos concejales intentaron salir por un camino que conformaron los uniformados pero no pudieron.
Los vecinos les impidieron el paso y hubo empujones. Del otro lado de la puerta bloqueada efectivos del BORA se ubicaban para entrar en acción.
Los manifestantes acordaron tranquilizarse y evitar que el conflicto pase a mayores. La policía se retiró y pasadas las 15 se resolvió que hoy a las 16 habrá una reunión entre cinco vecinos, los concejales y un representante del Ejecutivo.