BUENOS AIRES (DyN).- Dos delincuentes tomaron ayer a diez personas de rehenes al intentar asaltar un estudio de arquitectura de la zona porteña de Retiro, pero fueron persuadidos por la policía y se entregaron.
Fuentes policiales informaron que el hecho ocurrió pocos minutos después de las 11 en el segundo piso de un edificio situado en Arenales 1.132, adonde ingresaron dos jóvenes con intenciones de robo. Los voceros explicaron que los sujetos entraron al inmueble sin problemas, ya que en la puerta principal no hay empleados de seguridad y permanece abierta, por lo que llegaron directamente hasta las oficinas del estudio de arquitectura.
Al tocar el timbre fueron atendidos por una empleada y una vez adentro amenazaron con armas de fuego a los 10 empelados, anunciando que sólo querían el dinero del lugar. En ese instante, el cadete de un estudio jurídico situado en el mismo edificio advirtió la extraña reacción de los desconocidos y al darse cuenta llamó a la Policía. Minutos después cuatro patrulleros arribaron al lugar, hecho que fue advertido por los delincuentes, quienes al darse cuenta de que estaban rodeados decidieron quedarse dentro de la oficina para resistir sus detenciones.
Las fuentes explicaron que un subcomisario que estaba a cargo del procedimiento subió hasta el segundo piso y comenzó a dialogar con los malhechores a través de la puerta para que desistieran de su actitud. Cuando ya habían pasado unos diez minutos de iniciado el hecho y habían arribado más móviles de otras seccionales para prestar apoyo a la comisaría 15, el jefe policial que había llegado hasta el acceso de la oficina asaltada logró convencer a los delincuentes.
El policía "mantuvo una conversación tranquila con los asaltantes y los convenció para que se entregaran porque les explicó que la zona estaba rodeada y que podían complicar la situación si se resistían a la detención y eso no los favorecía". Tras la breve negociación, los sujetos finalmente abrieron la puerta de la oficina, levantaron las manos y rápidamente fueron apresados por los policías que estaban apostados en el acceso de entrada.