BEIRUT (AFP/AP) - La tensión política entre el gobierno de sunitas prooccidentales y la oposición chiíta prosiria, en un virtual empate político que mantiene paralizado al país desde hace meses, estalló finalmente en violencia política en las calles de Beirut, que volvieron a teñirse de sangre, haciendo recordar a muchos las imágenes de la temible guerra civil que azotó al país en la década de los '80.
Siete personas murieron ayer en los enfrentamientos que estallaron en Beirut entre partidarios del gobierno y de la oposición, después de un discurso del jefe de Hizbollah, Hassan Nasrallah, que tildó de "declaración de guerra" recientes decisiones del gobierno.
Entre los fallecidos hay al menos dos mujeres y entre 13 y 30 personas heridas.
Los combates estallaron en los barrios de Corniche Al Mazraa, Basta, Nuairi y Ras El Nabeh. Todos ellos son barrios mixtos, en los que cohabitan sunitas, de la mayoría parlamentaria antisiria, y chiítas, en la oposición.
Allí se escuchaban anoche ametralladoras y explosiones; hombres enmascarados realizaban disparos ocasionales desde las esquinas de algunas calles con fusiles automáticos y lanzagranadas.Horas antes, en la misma zona, tropas en vehículos blindados se movilizaron para separar a las partes antagónicas que intercambiaban insultos y se lanzaban piedras.
Las autoridades libanesas decidieron el martes investigar una red de telecomunicaciones que habría sido instalada por Hizbollah en el país, y destituyeran al jefe de la seguridad del aeropuerto de Beirut, cercano al movimiento chiíta. Esas decisiones fueron calificadas ayer como "declara
ción de guerra" por Nasrallah, quien advirtió que no descartaba recurrir a las armas "para defender la resistencia" en el interior del país. Hizbollah justificó la existencia de la red de telecomunicaciones como parte de la "resistencia contra Israel".
El dirigente de la mayoría parlamentaria antisiria de Líbano, el sunita Saad Hariri, llamó a Nasrallah a poner fin al "sitio" de Beirut. "Le exijo poner fin al sitio de Beirut, a levantar el bloqueo del aeropuerto y a retirar los hombres armados de las calles", declaró Hariri en un discurso televisado. Hariri instó también la elección a la presidencia del país al candidato de consenso, el jefe del ejército Michel Sleimane y a la instauración del diálogo nacional.
Líbano atraviesa la crisis política más grave desde el final de la guerra civil en 1990.
La reciente violencia es una prueba de poder entre rivales políticos que han estado estancados en una batalla de 17 meses por el control del gobierno, que podría ahora degenerar en un conflicto sectario más amplio y más mortífero . El país está sin presidente desde el 24 de noviembre, ya que las dos partes no se ponen de acuerdo sobre cómo repartirse el poder.