BUENOS AIRES (Télam).- Uno de los dos albañiles detenidos por el crimen de Mariela Frydman, la dentista asesinada en noviembre pasado en el barrio porteño de Núñez, activó un día después del homicidio el chip de su línea de teléfono celular desde el aparato de la víctima.
Fuentes de la investigación informaron que el acusado es Maximiliano Barrios Mereles, quien fue apresado en la frontera entre Misiones y Paraguay, a donde había viajado una semana después del crimen de Frydman, tras renunciar a su trabajo.
El otro imputado por el homicidio fue identificado por los pesquisas como Juan Duarte, compañero de trabajo de Mereles al momento del crimen.
Duarte fue detenido por detectives de la División Homicidios de la Policía Federal el martes pasado, al igual que Mereles, pero en el barrio porteño de Mataderos.
La pista sobre estos dos albañiles surgió luego de una nueva inspección ocular en la escena del crimen en la que los detectives descubrieron que había una puerta ventana que da a una terraza que tenía el seguro falseado por lo que era muy fácil de abrir.
En ese sentido, se determinó que Mereles y Duarte habían trabajado durante todo noviembre en refacciones del edificio donde, según los habitantes del lugar, habían ingresado a todos los departamentos para pintar los marcos de las ventanas.
Según las fuentes, este dato dio a los investigadores la pauta de que los sospechosos conocían los movimientos de todos los habitantes del edificio, de sus pertenencias de valor y que también podrían saber de la puerta ventana falseada.
A los pesquisas les resultó extraño que Mereles, una semana después del crimen renunció a su trabajo y regresó a Paraguay, por lo que decidieron analizar sus llamados telefónicos.
Las fuentes precisaron que de ese análisis surgió que un día después del homicidio, el chip de la línea de teléfono celular a nombre de Mereles comenzó a emitir señales desde el aparato de Frydman, que faltó de la escena del crimen.
Este dato, más el hallazgo de un cuchillo de similares características al arma homicida que se halló en un depósito de la terraza del edificio donde trabajaban los albañiles y se cambiaban de ropa, llevó a que la jueza María Gabriela Lanz, ordenara la detención de Mereles y Duarte.