NEUQUÉN (AN).- La justicia condenó a tres años de prisión en suspenso a un hombre acusado de provocarle una fractura en la mano a su esposa. Según los médicos, le tiró un golpe al rostro que ella intentó detener y así sufrió la lesión por la que tuvo que ser operada.
La sentencia de la Cámara Segunda fue por "lesiones graves calificadas por el vínculo" y recayó sobre Sergio Guzmán, de 34 años, empleado en el Consejo Provincial de Educación.
El hecho ocurrió el 19 de noviembre de 2005 en el domicilio conyugal ubicado en el barrio Melipal. Además de la prisión en suspenso (no irá a la cárcel) los jueces le impusieron una prohibición de relacionarse con la víctima y debe someterse a un tratamiento psicológico.
Según consta en la sentencia, que aún no está firme, el imputado dijo en el juicio que "muchas veces fue agredido por su mujer", que discutían "por celos" y que habían decidido separarse. Negó haberla golpeado aunque admitió que forcejearon.
La víctima, cuya identidad se mantiene en reserva, relató a los jueces un panorama muy distinto: "Para él todo lo que yo hacía estaba mal, me sentía culpable de lo que pasaba, dejé de tener contacto con personas allegadas, dejé de estudiar, me daba vergüenza que me golpeara y trataba de ocultarlo. Tenía miedo hasta para dormir, de hablarle, me trataba como una loca, decía que me iba a encerrar, me iba a sacar a las nenas, me iba a matar. Viví cosas violentas que no puedo describir. Él volvía a cualquier hora, en cualquier estado, quería tener relaciones, algunas veces me forzó a tenerlas".
Una vecina citada a declarar dijo que sospechaba que algo sucedía porque en cierta ocasión la hija mayor del matrimonio le pegó a su hija, y cuando la testigo se lo reprochó, la nena le contestó que hacía lo mismo que su papá con su mamá.
Para dictar la sentencia, la Cámara integrada por Héctor Dedominichi, José Andrada y Emilio Castro, tuvo en cuenta también que el juzgado de Familia le prohibió al imputado que se acerque a menos de 200 metros de su esposa.
Añadieron los jueces que los dichos de la víctima "aparecen creíbles y sinceros, como sucesos efectivamente vividos" y "toda la situación que describiera resulta digna de crédito en la medida que los distintos psicólogos y/o psiquiatras a los que recurriera, son contestes en afirmar, de una u otra manera