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La sequía golpea la ganadería del este rionegrino | ||
Entre Conesa, Guardia Mitre y Río Colorado está lo peor. Entregarán pasto para alimentar animales flacos. | ||
Cuesta creer que a unas pocas leguas del río Negro decenas de vacas se mueran por la sequía. "Toman agua y como no tienen grasa, se les congela adentro y se mueren inmediatamente", relata Jorge Peña. El productor es uno más de los damnificados en la región por la grave situación climática, sobre la cual influyó negativamente la propia ambición de los campesinos que en los últimos años incrementaron desmesuradamente la hacienda y algunas medidas de gobierno que perjudicaron aún más al sector. El hombre camina rápido, con ese bamboleo clásico de los hombres de campo que parece siguieran a caballo aún cuando pisan tierra firme. Cada tanto se para y corta un yuyo. "Comen lo que encuentran, puro monte metiendo la cabeza entre las ramas, no es lo que les hace bien. Pero no tienen otra alternativa. No queda nada en los campos", dice abriéndose camino entre las deshojadas jarillas y chañares. Las pocas gotas que cayeron la noche anterior en los campos de Guardia Mitre no sirvieron para mucho. "Necesitamos que llueva al menos 30 milímetros, para que crezca un poco de pasto o se ablande lo que hay y puedan comer nuestras vacas. A mí se me murieron en el último mes unas 30 según el puestero, lo que indica que podría ser el doble", afirma con una resignación que sorprende. Pero el dolor va por dentro. Se muestra cuando aparecen en distintos sectores los restos de los animales cubiertos de gusanos. "Miren los dientes, es una vaca nueva. No se murió por vieja", afirma mostrando la dentadura del animal que no debe llevar allí más de tres días. Una tras otra van cayendo, llevando consigo las esperanzas del pequeño productor que de sus 300 vacas sabe que ya perdió el 20 por ciento y que las demás están en permanente riesgo. Frente a esta grave situación, que se replica en casi todos los campos de la región y especialmente en dirección al río Colorado, el gobierno provincial y las Federaciones Rurales definieron realizar mañana una nueva reunión en la que se establezcan las pautas para la distribución de fardos o alimento para lograr recuperar las famélicas vacas. "No llevo bien la cuenta de cuánto se perdió, vamos a esperar a fin de año, para no amargarnos tanto día a día", dice, mientras señala otra osamenta. La zona de Guardia Mitre es una de las más afectadas por la rigurosidad extrema del clima seco en la región. "Y más hacia el norte es peor. En Pichi Mahuida es terrible", asegura Peña, al tiempo que comenta que co legas suyos de esa zona han perdido ya cientos de animales. En un corral, trece vacas flacas esperan la vacunación correspondiente para ser transportadas en camión hacia Bahía Blanca. Apenas reaccionan, se mueven lentas, son piel y hueso y difícilmente resistan todas el largo viaje. "Cuando llegan a esta situación hay que mandarlas al frigorífico o darles mucho pasto. Pero un fardo está a más de diez pesos. Y con el flete y demás gastos no quedan ni 300 pesos. Yo las vendo para que no haya más osamentas tiradas en el campo y terminen siendo comida para los perros", afirma Peña. En una reciente asamblea de productores se redactó un acta que entre otras cosas decía: "se expuso el reporte de mortandad de miles de cabezas de ganado, la devolución de muchos campos alquilados, la venta total de varios rodeos ante la imposibilidad de que sobrevivan, la inexistencia de predios donde trasladarlos y el calamitoso estado financiero de pequeños y medianos productores que gastaron ahorros en la compra de forrajes y granos para mantener vivos sus rodeos y ante la continuidad de la sequía hoy están sin plata, sin pasto, con muy poca hacienda y en un estado tal que ni siquiera la pueden subir a los camiones para ser vendida".
PEDRO CARAM | ||
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