Domingo 04 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
Un premio merecido a Alicia Fernández Rego
La docente, actriz y directora nacida en Roca recibió un galardón por su trayectoria.

EDUARDO ROUILLET

FORMOSA (Especial).- El Instituto Nacional del Teatro (INT) distinguió con el premio a la Trayectoria Nacional, que se adjudica cada cuatro años, a la actriz, autora, directora y docente de teatro, Alicia Fernández Rego. Nacida en Roca, pasó niñez y juventud en Buenos Aires, donde también se formó como actriz. Creadora de proyectos, grupos y salas por América, Europa, Asia y nuestro país, llegó a Neuquén en los '60, con algo más de treinta años, echó raíces y no paró de trabajar.

"Según los días, termino pasadas las once de la noche, claro que empiezo a las cinco porque muchos de mis alumnos trabajan. También ocupo la mañana con los que tiene sus actividades laborales por la tarde. Pero nada de eso me pesa, por el contrario. Claro que ya no tengo la energía de antes, situación que no está relacionada con la enseñanza ni con el tiempo que le dedico, sino con el tiempo vivido. Me faltan dos meses para cumplir ochenta. Cuando llegué a Neuquén, comparando con la gran ciudad que es hoy, era un pueblito, otra era la vida. Me gustó y no me fui más. Viajé mucho , pero siempre mi casa estuvo y está allí."

Maestra de teatro en la neuquina Escuela de Bellas Artes, formó actores como Alicia Villaverde, Darío Altomaro, Jorge Capellán y muchos otros. Llevando una de sus obras, "Solita y sola", recorrió más de diez países con Kune Grimberg, su esposo. "Aquel viaje por América fue por etapas, primero usamos un Citroën, después otro auto y otro más hasta que un día llegamos a México. Hicimos miles y miles de kilómetros por desiertos, selva, bajo lluvias interminables, en caminos de montaña. Fue toda una aventura, con penurias a veces. Hoy no es raro que se hagan esa clase de recorridos, pero por entonces pocos se animaban. Llegamos a viajar jornadas enteras hasta llegar a alguna ciudad o algún pueblito. Después de andar y andar, me daba un baño, me subía al escenario y todo lo demás ya no tenía importancia, no me pesaba. No había satisfacción mayor. Actuar fue una elección. Y cuando se decide como yo le hice, se juega con todas sus consecuencias, buenas y malas. Por mi manera de pensar tuve que vivir situaciones adversas, muy duras, nunca deseadas ni relacionadas con la profesión."

-¿Sucedieron en la última dictadura?

-No sé si hago bien en comentarlo ahora, pero para mí, acciones como las de la dictadura empezaron antes del '76. Sí, mataron a un hijo mío.

Como tenía otros hijos, sufrí el terror de aquellos años, tuve que dejar de hacer muchas cosas, otras me fueron censuradas. Pero seguí, no bajé los brazos ni mis ideas. El teatro me ayudó. Nunca dudé que ese era mi camino y lo seguí aún con sus adversidades. Lo asumí con todas las reglas del juego. Así hay que jugar, no sólo cuando las cosas van bien.

-El teatro tiene mucho de juego...

-Y lo tomé también por el lado de jugarme por él. Eso hice. Las cosas se hacen a fondo. Aunque no salgan como se quiere, por momentos. No hay, no conozco otra forma. Yo le dediqué y le dedico mi vida al teatro. El teatro es mi vida.

-¿Qué pensó cuando el INT, la invitó a Formosa a recibir el Premio?

-Me sorprendí. No me lo esperaba. Cuando me otorgaron el Premio a la Trayectoria en Patagonia, fue tan valioso que no se me dio por imaginar otra instancia más Hace unos días, me preguntaron si ya había escrito el discurso y contesté que no. No soy amiga de algo preparado. Los premios siempre se agradecen, pero no he trabajado para ellos. Lo hice con todo el amor que tengo, porque es mi vida; viví para el teatro y lo seguiré haciendo mientras me den las fuerzas.

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