HAMBURGO, (DPA).- Los fans de David Coverdale y su banda tuvieron que esperar once años, pero por fin salió a la venta en Europa, Estados Unidos y Canadá el nuevo álbum de Whitesnake.
El grupo del ex Deep Purple fue dado por muerto, pero en vez de ello entró en el estudio y grabó un disco que busca continuar sin ruptura con el exitoso pasado de la banda de hard rock. Y ese es precisamente el gancho. Si "Good To Be Bad" hubiese aparecido a principios de los '90, este CD de rock duro tradicional hubiese trepado en poco tiempo hasta llegar al disco de platino. En el 2008, en cambio, parece dirigido sólo a los incondicionales de Whitesnake.
Los regresos son difíciles de por sí, y no todos los viven con la misma facilidad que por ejemplo el veterano Sylvester Stallone con la nueva entrega de la saga de Rocky Balboa. Nadie contaba con el retorno de Whitesnake y, pese a su capacidad de atracción, Coverdale dista mucho de ser una "pin up" a sus 56 años.
Lo malo es que la magnífica banda con Doug Aldrich y Reb Beach en las guitarras toca las ocho canciones roqueras y las tres baladas de "Good To Be Bad" como en piloto automático. Pocas piezas recuerdan a la mejor época de Whitesnake. En comparación con su compañero de generación Robert Plant, la voz de Coverdale se nota por momentos exigida y débil. "Call on Me" y "All for Love" se escuchan con mucha energía, mientras que las baladas "Summer Rain" y "'Til The End of Time" no aportan nada a nivel musical. Sólo "All I Want, All I Need" resulta una melodía pegadiza.
Pero David Coverdale está convencido del resultado. "El disco es realmente masculino y musculoso (...) no puedo esperar a lanzarlo al público que no lo conoce", afirmó el cantante del norte de Inglaterra con su habitual seguridad en sí mismo. "Si éste resulta ser el último disco de estudio de Whitesnake, estoy contento de terminar con ello la historia".
En los últimos años se hizo silencio en torno de Coverdale, que tiene una larga carrera tras de sí. Su anterior álbum, "Restless Heart" (1997), fue concebido como CD en solitario, pero por motivos de contrato tuvo que aparecer bajo el nombre de Whitesnake.
Los fans siguen soñando hoy con "1987", el disco con mucha distancia más exitoso y duro de la banda, que vendió más de ocho millones de copias. "Slip Of The Tongue", editado dos años después, no alcanzó el mismo nivel y el grupo quedó relegado.
Todo ello pese a que el comienzo fue grandioso, cuando Coverdale se presentó como cantante con un demo en un casete en 1973 y fue contratado por Deep Purple, que necesitaba con urgencia un sustituto para Ian Gillan. De pronto el ex vendedor de una tienda se encontró en el escenario con el legendario guitarrista Ritchie Blackmore y grabó luego tres álbumes de mucho éxito con Deep Purple.